Capítulo 1

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Hola, Soy Fernanda Navarro, desde que llegué a Nueva York luché por mis sueños, tuve suerte de que rápido encontré trabajo ya que desde muy chica aprendí a hablar inglés, primero empecé como recepcionista en el banco del señor Juan Carlos Monroy, empecé trabajando medio turno ya que tenía que estudiar, pero a los pocos meses el señor Juan Carlos me dio la oportunidad de ser su asistente, dijo que era muy inteligente y que aprendería más si era su asistente, él me ayudó mucho me enseñó todo lo que sé, incluso me ayudó a conseguir una beca para que tuviera más facilidad de hacer una carrera completa... y desde entonces trabajó para él, ya tengo cinco años como su asistente. Pero desgraciadamente él se iba a retirar.

- Señorita Fernanda... ¿puede venir a mi oficina?. - mi jefe me llamó por el intercomunicador.

- Ahora mismo voy señor Juan Carlos.

Tomé mi libreta de apuntes y me dirigí a la oficina del hombre que ha sido mi jefe durante cinco años. Toqué a la puerta.

- Pasa Fernanda - dijo mi jefe desde adentro. Yo entré y cerré la puerta detrás de mí. - toma asiento- me indicó que me sentara.

Me senté frente a él y esperé a que se desocupara.

- Fernanda, te mandé llamar para decirte que a partir del lunes mi hijo Manuel se quedará al frente de todo mi patrimonio y quiero que tú como mi asistente te quedes como la asistente de él.

- ¿Quiere decir que su hijo será mi nuevo jefe señor?.

- Así es Fernanda, ya es hora de retirarme... pero el problema no es eso, el problema es mi hijo... Manuel es un hombre muy estricto y arrogante, en pocas palabras, es un hijo de la chingada y sé que no será fácil trabajar para él...

Todavía no conocía a su hijo y ya quería pedir mi renuncia... si su propio padre hablaba así de él, eso quería decir que la tranquilidad en mi trabajo había terminado.

- ¿Y porqué no le pone otra asistente y a mí me acomoda en otra área señor?...
La verdad me gustaba mucho mi trabajo aparte de que me pagaban muy bien, pero no sabía si aguantaría trabajar para el hijo de mi jefe.

- En eso dijo: Fernanda tú conoces muy bien la presidencia y sabes todo lo que es confidencial aquí, eres en la única en quien confío por eso quiero que te quedes como la asistente de Manuel, pero si te das cuenta que no puedes con el trabajo me lo haces saber y te puedo acomodar en otro lugar.

No era mala idea de que me acomodara en otro lugar, pero el señor Juan Carlos me había dado la oportunidad de aprender a su lado.

- Está bien señor... me quedaré como la asistente de su hijo, seré paciente.

El señor Juan Carlos me estrechó la mano y me dijo que su hijo me mandaría un correo al día siguiente para indicarme cuáles serían mis nuevos deberes .

Salí de su oficina y regresé a la mía para terminar los pendientes que tenía. Cuando terminé, mi jefe ya se había ido sólo quedaba yo... apagué las luces y salí de ahí.

Entré al elevador y bajé hasta la planta baja donde ya sólo estaba el guardia de seguridad esperando a que yo saliera para cerrar bien todo el edificio.

- ¡Qué descanse Roberto! - me despedí del guardia.

- Igualmente señorita Fernanda, nos vemos mañana.

Tomé un taxi ya que no tenía auto propio, llegué hasta el edificio donde tenía mi departamento que logré comprar hace apenas dos años, no era muy grande, sólo tenía una recámara, un baño con tina, una pequeña sala, comedor, pero eso sí, una hermosa vista que se podía apreciar desde el balcón.

Apenas entré, me quité los altos tacones y me dejé caer en el sofá.. estaba muy cansada, ser la asistente personal del jefe no era fácil, yo me hacía cargo de todo lo que tenía que ver con la presidencia.

Ni siquiera cené porque me quedé dormida, pero al menos descansar me sirvió para levantarme temprano. Lo primero que hice cuando me levanté fue darme un rico baño con agua caliente. Todavía eran las 5 de la mañana y mi entrada a la oficina era a las 7.30 am, así que tuve tiempo para desayunar.

Salí de mi edificio a las 6 am porque tomaba 45 minutos para llegar a mi trabajo, siempre llegaba con suficiente tiempo para tener todo listo para mi jefe.

Como todos los días llegué al edificio y saludé a Roberto el guardia de seguridad y entré al elevador ya que la presidencia se encontraba en el piso 53, éste día el señor Juan Carlos no vendría a trabajar así que estaría sola en ése piso.

Lo primero que hice al llegar a la oficina fue revisar si ya me había llegado el correo de mi nuevo jefe; y ahí estaba, el cual ya tenía casi dos horas que lo había enviado.

* ¿Acaso esté hombre no duerme? * pensé... pero para saber lo que mi nuevo jefe quería... abrí el correo.

De... Manuel Monroy

- Señorita Navarro, espero sea la persona competitiva que me informó mi padre y haga bien su trabajo... si no puede con lo que le voy a pedir puede renunciar ahora mismo.

- Quiero un informe completo de todos los trabajadores al igual que sus áreas de trabajo y puesto que están desempeñando.

- También quiero el tabulador de cada uno de los empleados.

- Quiero que reanude todas las citas canceladas.

- Un informe de todos los socios, al igual que una reunión con ellos.

- El número de uno de los mejores detectives de todo Nueva York.

- Y por último quiero que me consiga un departamento que esté cerca de la oficina.

Espero me tenga todo listo para mañana a primera hora, así que haga bien su trabajo.

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Me quedé con la boca abierta al leer todo eso... éste hombre si que iba a ser un dolor de cabeza. Me iba a pasar todo el día haciendo todo eso. Así que puse manos a la obra y empecé a hacer cada cosa que decía ésa lista, la cual detallé en mi libreta de apuntes.

Primero empecé con el informe de los empleados... y así fui tachando cada cosa que tenía la lista, mientras me entregaban el informe empecé a buscar en mi celular el número de uno de los mejores detectives y encontré uno que había encontrado a una persona a quien buscaron durante 20 años y él la encontró en tan sólo un mes, así que guardé su número.

Por último me comuniqué con una inmobiliaria para que me mostrara algunos departamentos. Saqué cita, mientras se llegaba la hora de verme con la persona que me mostraría algunos departamentos me puse a ordenar todo lo que mi nuevo jefe me había pedido.

Cuando se llegó la hora de verme con la persona de la inmobiliaria iba entretenida poniéndome de acuerdo con mis amigos para reunirnos el día de mañana en el bar de costumbre.

- ¿Señorita Navarro?. - me habló la señorita que me mostraría los departamentos.

- Si. - la salude de mano.

- Tenemos cinco propiedades, cuatro de ellas se encuentran sin muebles y sólo una se encuentra amueblada.

- Empecemos por la que está amueblada. - no quería pasarme todo el fin de semana comprando muebles.

- Entonces le mostraré ésa. Está en una de las mejores zonas de la ciudad y muy cerca de la dirección que me dio.

Seguí a la mujer quien me llevó hasta un edificio demasiado elegante. Me mostró un departamento de dos recámaras en tonos negro, blanco y gris, a mí me gustaba y como no pensaba pasarme mirando los demás inmuebles elegí ése.

- Me gusta éste. - le dije a la señorita.

- Espero sí sea del agrado de su esposo.

- No es para mi esposo, es para mi jefe. - acaso ésta mujer me miraba una sortija de matrimonio en mi mano? ¡Por Dios, sólo tenía 23 años!, bueno los cumpliría éste fin de semana.

Me despedí de la mujer, me dijo que le mandaría el contrato a mi jefe a primera hora el día de mañana pero le dije que él estaría hasta el día lunes pero dijo que no importaba.

Contrato de sexo con mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora