Capítulo 21

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Al día siguiente salí muy temprano de casa de mis padres para reunirme con mis amigos en una paletería que se encontraba en la plaza del pueblo.

- ¡Fernanda! - me gritó Pedro apenas me miró bajar del auto... - no podía creer cuando me hablaste para decirme que estabas aquí.

Lo abracé fuerte al igual que Adrián, Darío, Karla y Yazmin..

- Fue de repente.... y ayer por la boda de mis abuelos no pude verlos.

Me quedé con mis amigos en ésa paletería y después nos fuimos todos juntos a caminar por el pueblo, pasamos todo el día juntos, cuando ya estaba anocheciendo volví a casa y encontré a mi familia en la sala reunida..

- ¡Ya regresé! - dije gustosa porque había pasado un día increíble con mis amigos... - ¿pasa algo? - les pregunté porque todos tenían cara larga.

Mi padre me entregó un papel de desalojo... lo leí con mucho cuidado.

- Al parecer Octavio pagó la hipoteca de la casa y la granja, mandaron ése papel de desalojo...

Me quedé muy sorprendida, Octavio estaba haciendo lo que prometió... hacerme pagar por lo que le había hecho.

- ¿Porqué no me habían dicho que la casa y la granja estaban hipotecadas padre?...

- Porque no era necesario hija, nunca nos hemos atrasado en ningún pago... no entiendo porqué nos mandaron ése papel y porqué aceptaron que Octavio pagara ésas hipotecas.

- ¡Yo si lo sé padre!... porque ayer le pedí el divorcio y dijo que no me lo daría y que me haría pagar por lo que le hice... pero ahora mismo voy a arreglar esto.

Salí molesta de la casa de mis padres y manejé hasta la casa de Octavio... apenas llegué a esa enorme hacienda y entré sin siquiera tocar ya que ése lugar estaba abierto al público.

- ¡Octavio! - grité desde afuera de la casa grande.

Octavio sabía que iría a buscarlo cuando me enterara de lo que acababa de hacer y cuando me escuchó gritarle salió.

- ¡Al parecer tú solita viniste mi amor! - Octavio se recargó en el marco de la puerta y me miró cruzándose de brazos.

- ¿Qué significa esto?...- le aventé los papeles que mi padre me había entregado.. - ¡Tú no puedes quitarle sus propiedades a mis padres sólo para hacerme pagar lo que te hice hace más de cinco años!.

Octavio levantó los papeles y entró a su casa, sus padres estaban sentados en esa enorme sala... ellos sabían que habían hecho mal y que su hijo estaba haciendo mal al querer obligarme a que viviera con él.

- ¿Y usted señor cómo pudo firmar éstos papeles?, sabe que mi padre no se ha atrasado en sus pagos.

El padre de Octavio se puso de pie, no podía ni verme a la cara.

- ¡Tu padre ya no es dueño de nada Fernanda y si quieres que yo le regrese sus propiedades tienes que vivir conmigo como mi esposa! - respondió Ocravio.

- ¡Tú sabes que no lo haré Octavio!, mañana mismo te mando un cheque con la misma cantidad que pagaste por esto... - dije dando la media vuelta... tenía dinero que había ahorrado todos esos años que trabajé en el Banco del señor Juan Carlos Monroy y me habían dado una fuerte liquidación, sabía que podía pagar la cantidad que Octavio había pagado.

- Si quieres que te regrese las propiedades de tu padre tendrás que pagar el triple de lo que yo pagué Fernanda, si no puedes ya sabes qué hacer.

Cerré fuertemente los puños de mis manos y salí de ésa casa... sabía que no podía pagar la cantidad que me estaba pidiendo Octavio, eso era mucho dinero.

Cuando regresé a casa... miré a mi familia y no pude decirles que no había logrado convencer a Octavio de que nos regresara las propiedades... y decidí hacer lo que él quería.

- Mañana vendrá Octavio por mí padre, pondrá las propiedades a tu nombre - dije sin ver a mi padre a los ojos - me iré a vivir con él.

Subí a mi habitación y me puse a llorar... pensaba que todo lo que estaba haciendo Octavio me lo merecía, pero no sabía que aquél hombre lo hacía porque sólo quería recuperar mi amor, el amor de la mujer que un día estuvo enamorado de él.

Después de llorar bajé a la sala donde se encontraba el teléfono y le marqué a Octavio...

- Mañana vienes por mí... tu esposa se irá contigo - dije cuando escuché a Octavio del otro lado de la línea.

No esperé a que me respondiera y colgué... Octavio después de recibir ésa llamada se quedó en silencio... sus padres aún estaban con él en esa enorme sala.

- ¿Era ella? - preguntó su madre.

- Sí... quiere que mañana vaya por ella.

- ¡Hijo, piensa bien las cosas!... si Fernanda aún siente algo de cariño por ti no dejes que ese cariño se convierta en odio... porque tú bien sabes que lo que estás haciendo está mal.

- ¡Yo lo único que quiero es que ella esté conmigo madre y sé que lo que estoy haciendo está mal... pero amo a esa mujer!.

Su padre sólo negaba con la cabeza y sin decir nada subió a su habitación... su madre por más que intentó convencerlo de que no siguiera.. no lo logró.

Al día siguiente Octavio fue por mí ya hasta la noche... porque en el día se puso a trabajar en su hacienda... él se hacía cargo de todo lo relacionado con la elaboración del tequila.

Cuando llegó por mí, mi padre lo recibió... aunque tuvo que aguantarse las ganas de no romperle la cara... porque ya había hablado con ellos y les pedí que no se metieran... que debía estar donde estuviera mi esposo.

- ¡Cuidate hija! - le dijo su padre.. dándole un fuerte abrazo.

- Estaré bien papá - le dije.

Mi madre después de que era la más empeñada de que me casara con Octavio ahora no estaba de acuerdo en que aquél hombre al que ella siempre quiso como esposo de su hija la estuviera obligado a que viviera con él.

Mi hermano Gabriel ni siquiera se despidió de mí... porque dijo que no se iba a aguantar las ganas que tenía de romperle la cara cuando lo mirara.

Octavio subió mis maletas, las maletas de su esposa a la camioneta y me llevó con él a su casa... cuando llegamos sus padres nos estaban esperando.

- ¡Bienvenida Fernanda! - me dijo la madre de Octavio... quien me abrazó - sé que lo que está haciendo mi hijo está mal - me susurró.

- ¡Ésta es tu casa! - también me dio un gran abrazo el padre de Octavio.

Ésas personas eran buenas y me querían... pero querían que su hijo luchara por recuperar el amor de la mujer que amaba....

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