Capítulo 23

557 24 0
                                    

Me quedé con mis amigos quienes me acompañaron a comprar mi celular... Después de un buen rato llamé a Octavio, le avisé que iría a casa de mis padres y cuando él pudiera fuera por ella...

- ¿Cómo te trata ése hombre hija? - me preguntó mi padre... No quería que mis padres se preocuparan.

- Octavio me trata bien papá... sólo quiere que yo esté con él... me quiere, por eso hizo lo que hizo.

- ¡Si te quisiera tanto como dice no debe hacer las cosas mal Fernanda! - dijo mi padre molesto.

- No se olviden de que yo fui quien le rompió el corazón papá.

Me culpaba por la actitud de mi esposo....

- ¡Hay hija, si quieres irte otra vez sólo dime, a mí no me importa perder mis propiedades con tal de verte feliz!.

- No te preocupes papá, yo estoy bien.

Cuando Octavio pasó por mí... me despedí de mis padres y me fui con él... En cuanto llegamos a la enorme hacienda... él se fue hacer los que siempre hacia y yo me quedé en la sala con la mujer que era mi suegra..

- ¡Mi hijo te quiere Fernanda!- me dijo la señora ... sólo la miré de reojo mientras leía una revista.

- ¡Bonita forma de quererme...!- respondí muy cortante.

- Mi hijo no es malo y tú lo sabes... si él hizo todo esto es para no perderte otra vez... a pesar de que tú le rompiste el corazón nunca dejó de amarte... Fernanda, deberías de darte la oportunidad de hacer una vida con mi hijo... y tú misma te vas a dar cuenta de que él no es el hombre frío y duro que aparenta ser contigo.... mi esposo y yo sufrimos juntos con Octavio... nos dolía verlo gritar tu nombre, nos partía el corazón verlo llegar borracho y llorando porque tú te habías ido sin siquiera darle la cara.

Me quedé callada... conocía a Octavio desde que era una niña y fui su novia por dos años, él nunca se portó mal conmigo, sin embargo sí le había hecho una mala jugada... además que nunca había tenido el valor de darle la cara por lo que le hice.

La semana se fue rápido... la fiesta del pueblo se llegó, Octavio casi me suplicó para que lo acompañara a la fiesta... Me convenció y fui con él a esa fiesta... Me amaba a pesar de que yo era indiferente con él...

Paseé de su mano por toda la fiesta bajo las miradas de todos, incluso mi prima María se acercó a saludar a Octavio quien de mala gana la saludó...

- Dicen que ella ya estaba planeando casarse contigo... - le dije, mientras disfrutaba de un cantarito de tequila.

Octavio soltó una carcajada..

- Ella, pero yo no... ¿y sabes porqué? porque yo soy un hombre casado... lo que pasa que mi esposa estaba perdida en otro país.

Sólo negué con una pequeña sonrisa en los labios... ése hombre aún me hacía reír como cuando éramos novios.

Nos la pasamos recorriendo toda la fiesta, después nos fuimos a bailar a la plaza del pueblo donde estaba el baile, me encontré a mis amigos... y nos quedamos con ellos a disfrutar del baile... Me di cuenta de que Octavio era muy diferente a Manuel mi ex jefe... con Manuel no podía salir a divertirme con mis amigos sin que después me hiciera una escena de celos, donde terminaba haciéndome lo que él quisiera en la cama, incluso poco a poco me había empezado a alejar de mis amigos de toda la vida.

Octavio sólo me pedía que le dijera a dónde iba cuando saliera para no estar preocupado por mí.... él siempre era así desde que éramos novios... nunca me prohibía salir o reunirme con mis amigos, a pesar de que él sólo los saludaba porque eran amigos míos...

Ése hombre era muy diferente a Manuel mi ex jefe... incluso en la forma de tratarme... y si se había comportado como un patán fue porque él no quería que me volviera a ir.

Octavio no podía dejar de verme, le gustaba verme reír con mis amigos, yo seguía siendo aquella jovencita de la que se enamoró cuando apenas tenía 14 años y él 19 años.

Seguía teniendo la misma risa contagiosa... Me escuchaba reír por las cosas que decían mis amigos y él terminaba contagiándose con mi risa... le había regresado las ganas de reí otra vez sólo con verme.

- ¡Vamos a bailar! - le decía a Octavio, a quien arrastré hasta el centro de la pista - ¡hace mucho que no bailo éste tipo de música! - ... éramos de pueblo donde se tocaba música de banda.

- ¡No te preocupes, yo te enseño! - le decía mientras bailaba conmigo... - al parecer aún sabes cómo se baila está música - me susurró.

- Lo que bien se aprende nunca se olvida - respondí.

A pesar de que Pedro no estaba muy convencido de que había vuelto por voluntad propia con ése hombre... le gustaba verme feliz...

- No pensé que aún eran amigos todos ustedes - me decía Octavio mientras bailábamos.

- ¡Todos estos años estuvimos juntos... fuimos a la misma Universidad!

Octavio me miró sorprendido cuando le dije eso... porque él pensó que todos estos años había estado en Europa.

- Pero ellos viven en...

- Viven en Nueva York... - lo interrumpí... - Yo no estuve en Europa todos éstos años... estuve en Nueva York...

- ¡Vaya... entonces todos estos años te busqué en el lugar equivocado! - sólo asentí.

Nos la pasamos tomando ésos cantaritos de Tequila junto con mis amigos... incluso a Pedro, Adrián y Darío les había caído bien mi esposo... todos éramos del mismo pueblo y nunca habían hecho amistad con él, porque cuando ellos apenas eran unos adolescentes de secundaria Octavio ya estudiaba la Universidad.

- ¡Me caes bien! - le dijo Adrián a Octavio...

- Ustedes también me caen bien - respondió él.

Todos nos fuimos al pequeño bar que había en ese pueblo... Octavio notó el cariño que me tenían esos jóvenes que eran mis amigos... y yo disfruté a mis amigos agusto, sin estar revisando el celular cada cinco minutos como lo había estado haciendo meses atrás, tiempo en que fui amante de mi ex jefe... tampoco tuve que estarme cuidando como lo hacía con Manuel porque iba a buscarme hasta donde me reunía con mis amigos y me hacía dejarlos para irme con él para someterme por haberlo desobedecido.....

Contrato de sexo con mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora