𝕎𝕒𝕟𝕥𝕖𝕕: 20

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La mirada azabache de la chica estaba perdida completamente en aquella casa que en tiempo pasado llegó a llamar su hogar, donde se crió y creció junto a su hermano mayor.

Soltó un suspiro girando un poco su cabeza notando que el guardaespaldas del señor Lee, estaba de pie junto al auto negro en el que la trajo.

– Tiene veinte minutos, señorita Wang. – Avisó con un tono áspero, por su puesto, era un hombre serio y recto, ella solamente se limitó a asentir con la cabeza para caminar lentamente a la puerta de su antigua casa, aún poseía la llave de la puerta, por lo cual no creyó necesario llamar, así que simplemente abrió la puerta.

Hechando un vistazo al pasillo de la entrada, se dió cuenta que la casa estaba sumida en silencio, y cómo lo supuso al momento de llegar, no había nadie en casa, eso le haría el trabajo más fácil ya que en realidad no llegó a ese lugar con el objetivo de despedirse, más bien para observar la casa por última vez y tomar algunas fotos que quería llevar con ella a la ciudad.

– Terminemos con esto... – Murmuró suspirando, caminando más libremente por el lugar, primero dirigiéndose a la sala de estar, que en comparación a donde había permanecido antes, ésta era más pequeña.

Miró a detalle las fotografías en marcos, que estaban posadas sobre el soporte de la chimenea de la casa, una sonrisa triste se posó en sus labios al ver la fotografía de su abuela, su hermano y ella jugando en el parque que solían transitar hace años, también a un lado de ésta, la fotografía de su abuela abrazando al anciano Lee, hizo que un sentimiento amargo se instalara en su boca...

Tomó ambas fotografías sacándola del decorativo marco y suspiró después de darles una última ojeada, no quería seguir observando las fotografías, sabía que la despedida anónima que les daría a sus padres le dolería aún sin siquiera verlos. Ya que al llevarse esas fotos, estaría dando a entender que ésta vez se iría para siempre y no había nada que ellos pudieran hacer para cambiarlo...

El sonido de algo golpeando el suelo en el segundo piso hizo que ella se tensara y por inercia voltearse a ver el techo. Su corazón aceleró demasiado, al grado en que sus latidos lograron retumbar en sus oídos.

Su instinto le decía que fuese a investigar, mientras que el resto de su cuerpo le decía que huyera. Y para su mala suerte, siempre hacía caso a su instinto suicida.

Así que sin más espera subió las escaleras para llegar al segundo piso, había tomado un paraguas antes de subir, lo que planeaba usar como arma de defensa por si se trataba de algún ladrón o persona no deseada.

– ¡¡EUN!! – Un grito frente suyo la hizo reaccionar y comenzó a golpear a la persona recibiendo quejas de dolor, reconoció esa voz después de poco y se detuvo.

– ¿Jackson?... ¿Qué mierda haces aquí? – Preguntó mirándolo con recelo y cautela, éste se levantó del suelo y la miró con preocupación.

– Primera, es mi casa, segunda, tuve que entrar por la ventana del pasillo por que hay hombres del gobernador llegando. – Contó adolorido.

– ¿Porqué los hombres del gobernador están aquí? – Preguntó la pelinegra sintiéndose fuera de combate con la información recién recibida.

El rubio miró a su hermana  no se habían visto hace semanas, la última vez que se habían visto, él había estado ebrio y había dicho cosas que no quería siquiera recordar, y ahora ella, su hermanita estaba frente suyo, cayendo en la trampa que le fue tendida.

– El gobernador le mintió a todo el pueblo... Te acusa a ti de haber asesinado al anciano Lee. – Soltó, Eun sintió que las piernas le temblaban y tuvo que sostenerse de la pared más cercana.

Beast ♡ •[PJM]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora