EXTRA I: 𝐼𝑡𝑎𝑙𝑖𝑎

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Una mano un poco musculosa estaba sobre la cintura de una castaña plácidamente dormida y pegando su espalda en el pecho del dueño de aquel brazo

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Una mano un poco musculosa estaba sobre la cintura de una castaña plácidamente dormida y pegando su espalda en el pecho del dueño de aquel brazo.

– Mmh... – Un pequeño quejido salió del masculino de cabello rubio casi blanco y ligeramente largo, despeinado.

Abrió sus ojos lentamente con pereza mirando su entorno, en aquella habitación dónde las tres pequeñas ventanas dejaban entrar un poco la luz solar de aquel tan fresco y a su vez cálido amanecer. Una sonrisa se posó en sus labios al ver los brazos y parde de la espalda femenina que estaba junto a él en esa cama. Besó el hombro desnudo de la chica y casi rió por ver en respuesta un pequeño escalofrío de su parte por ello.

– Buenos días... – Le susurró con un tono de voz cautivador que hizo que la castaña sonriera sin abrir aún sus ojos.

– Buen día, igual.

El rubio sonrío ampliamente y se acercó para depositar un beso en su mejilla.

– Tomaré una ducha, puedes dormir un rato más. – Diciendo aquello se levantó de la cama con sábanas delgadas blancas, se colocó su ropa interior al estar desnudo y miró el suelo repleto de la ropa de ambos.

Los recuerdos de la noche anterior lo inundaron y su felicidad creció aún más, miró el cuerpo delicado y pequeño de su chica desnuda en la cama con solo aquellas dos sábanas cubriendo su desnudez.

Sin más comenzó a despejar la habitación hasta que logró su cometido, decidió al fin entrar al baño que no era ni tan grande ni tan pequeño, era un promedio pero perfecto para la pareja.

Después de rápidos minutos salió de la bañera con una toalla en su cadera, dispuesto a buscar su ropa en la maleta que había en la habitación, salió del baño encontrando a su chica de pie vestida con una camiseta blanca y grande que pertenecía al masculino.

– Al fin despertó la bella durmiente. – Comentó con gracia acercándose a ella para abrazarla por la cintura con ternura.

– Calla, estaba cansada, ayer estuvo el día muy pesado.

– Querrás decir la noche ¿no? – Una risa salió del rubio cuándo ella le brindó un pequeño golpe con su mano en su brazo.

– No seas atrevido... – Ella también lo encontraba divertido por lo que no pudo evitar sonreír.

– Ve a tomar una ducha, seguro el resto nos espera.

– Acabamos de llegar a Italia, tenemos una semana entera para explorar, que no jodan. – Soltó la castaña con leve gracia.

– Nunca cambias, mujer. – Miró a la chica retirarse y entrar al baño para hacer lo mismo que él seguramente.

Mientras ella estaba ahí, se vistió lo más cómodo que tenía y tomó su celular para hacer una llamada a su hermano.

Beast ♡ •[PJM]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora