—¿Cómo acabaste hablando con Ela en la fiesta? —le pregunto a Marc mientras andamos hacia la cafetería.
—Simplemente me pareció guapa, me acerqué y empecé a hablar con ella. Es súper tímida, hermano.
—Lo sé y encima les doy miedo a las dos.
—¿Has hablado con Lara sobre lo que les dijo?
—No, no he hablado con nadie estos días que no hayas sido tú, mis padres, mi prima o mis tíos.
—Lucas estuvo con dos, volvió anoche a casa.
—Luego llamaba zorra a mi prima —digo rodando los ojos.
—Ya...
Es que, de algún modo me jode, no porque haya llamado zorra a mi prima, que también, sino porque sigue creyendo que la mujer que se acuesta con muchos es una zorra y el hombre que lo hace con muchas es el puto amo, y ya es hora de dejar esa mierda atrás. Si quiere estar con uno, está bien; si quiere estar con cinco, está bien; si son doce, está bien, y si es ninguno, pues también. Y me da igual si quien lo hace tiene pene o vagina, si se considera hombre, mujer o ninguna, dejemos de otorgar el derecho a disfrutar de la sexualidad solo a los hombres.
Cuando llegamos a la cafetería, compro una macedonia de frutas y un vaso de batido de fresa. Marc y yo nos sentamos en la misma mesa de siempre, justo debajo de la ventana, y empezamos a comer hablando de la fiesta del viernes.
—Hey, bro, mira quién viene por ahí —me dice señalando con la cabeza.
Al levantar la vista de mi comida, veo a Ela y Hera, esta última preciosa como siempre, acercarse a nosotras con los rostros sonrojados.
—Ho-hola, solo queríamos a-agradeceros lo del otro día —dice Hera.
—No fue nada —digo, dedicándole una sonrisa.
—¿Queréis sentaros? —pregunta mi amigo.
—Y-yo tengo clase —dice Hera.
—¿Y tú, Ela?
—Mhm... Está bien —susurra.
—Bueno, pues hasta luego —dice la morena nerviosa.
—Hasta otra, Hera —le digo.
—Adeu* —dice mi amigo.
—Y gra-gracias de nuevo —dice antes de irse.
Ela se sienta justo enfrente de Marc, quien le sonríe, y raíz de ahí empieza una conversación sobre la fiesta del otro día y qué le pareció, ella mantiene la conversación tímida, y yo intento no sonreír cada vez que se sonroja o tartamudea. Poco después ella pierde la timidez, aunque quizá sea porque lleva dos cervezas y media, pero bueno, igual le caemos bien.
—¿Qué estudiáis? —pregunta.
—Yo estoy en el último curso de derecho —dice mi amigo.
—Yo en cuarto de publicidad y marketing —digo.
—Jo, soy toda una bebé —dice haciendo un puchero, Marc a mi lado sonríe mirándola.
—¿En qué curso estás? —le pregunta.
—Primero de medicina.
—¡Ostia, una cerebrito! —digo.
—Cállate, no es verdad.
—¿Es tan estresante como dicen? —le pregunta mi amigo.
—Bueno, en la época de exámenes me planteé el suicidio, pero nada más —bromea.
Un rato después, decido que es mi momento de abandonar la conversación y darles su intimidad, así que, con una excusa barata, abandono la cafetería para ir a la biblioteca. Al llegar a allí, saco el ordenador de mi mochila y me pongo a trabajar en un proyecto que debo entregar a final de semana y no he empezado. Cuando se me hace de noche, salgo del gran edificio que está lleno de estudiantes y pongo rumbo a casa mientras miro mis redes sociales en el teléfono.
Y así se pasan los días, voy a clase, luego a la biblioteca y a casa, y así tooooodos los días. Cuando llega el jueves, nos invitan a una fiesta en una de las residencias que hay al lado del campus así que por la noche mis amigos pasan a recogerme por mi casa y ponemos rumbo a lo que espero que me alegre la semana. Al llegar, veo que es el mismo edificio de hace unas semanas y el mismo cartel que indica que subamos a la azotea, una vez allí el mismo ambiente y yo ruedo los ojos. Marc y yo buscamos a Ela y Hera mientras Lucas simplemente se pierde entre la gente. Cuando vemos a Ela nos acercamos a ella quién mira por encima del pequeño muro la ciudad que se alza a sus pies.
—Cuidado, no te vayas a caer —dice Marc asustándola.
—Eres idiota. Casi me matas del susto, imbécil.
—¿Idiota o imbécil? Aclárate, por favor —le dice él burlón.
Pero yo quiero a mi preciosa chica inocente.
—¿Ha venido Hera? —pregunto sin poder evitarlo.
—Bueno, parece que alguien tiene preferencias —dice Marc.
—Tenía que trabajar —me dice Ela y yo ruedo los ojos.
—¿Dónde trabaja? —pregunta mi amigo.
—En un bar a las afueras —dice Ela nerviosa.
—¿Cuál? Podríamos ir a allí en vez de estar en esta fiesta de mierda —digo.
—N-no creo que eso sea buena idea...
—¿Por qué? —pregunta mi amigo— La fiesta está aburrida.
—Ella prefiere... Su jefe... —dice cada vez más nerviosa.
—¿Qué pasa?
—Marc, no insistas, si no quiere que vayamos por algo será —digo intentando entender qué es lo que sucede.
—Pero...
—Da igual, hermano. Ya la veré otro día.
—Yo, mhm, le diré que la querías ver —dice Ela sin calmar sus nervios.
Durante un rato es palpable cierta tensión entre nosotros hasta que Ela y Marc empiezan a beber y acaban hablando de algo que no logro entender. Cosas de borrachos.
Sigo dándole vueltas al porqué de la negativa respecto a ir al bar donde trabaja Hera pero supongo que cada quien tiene sus razones. Me habría gustado verla, recomendarle alguna copa o simplemente charlar sobre cualquier cosa. Algunas veces hemos salido juntos a tomar unas cervezas después de clase, aunque siempre con Ela y Marc, y ella no suele intervenir demasiado en las conversaciones por su timidez. Sacudo la cabeza, intentando alejarla de mis pensamientos, pero es que vuelve a manifestarse cuando involuntariamente la comparo con una chica que me mira en la distancia con aire pícaro. Joder, no es justo ni para mí ni para ella. Le sonrío, disculpándome por pasar de ella y me giro para ver a toda la ciudad de Barcelona iluminada por las luces de las casas.
Un par de horas y varios vasos más tarde, decido abandonar la fiesta tras despedirme de mis amigos que prácticamente ni se acordaban de mi existencia. Bajo las escaleras del edificio rápidamente y me alejo aún con la chica inocente rondando mis pensamientos. Cuando llego a casa, me despojo de mi ropa antes de si quiera llegar a mi cuarto y me meto en la cama quedándome dormido al instante.
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Adeu: adiós (catalán)
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Imposible dejarlo correr [TMC#3]
Romance-¿Qué haces aquí? -Llevo tiempo intentando hablar contigo, pero me dabas largas o no contestabas. No te voy a mentir, no sé en qué momento se me ha ocurrido hacer esto. En qué momento he decidido que era buena idea y he estado a punto de echarme a a...