|Si Tweek fuera tu novio....| /Reader/

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Si Tweek fuera tu novio, en el día de Halloween estaría bien emocionado por pedir dulces y más estando contigo. A pesar de ya ser un chico mayor, tenía su lado infantil.

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Una dulce pareja de enamorados caminaban tomados de la mano vestidos de una manera un poco peculiar para pedir dulces los dos. La chica iba vestidoña como una diabla bien diabla, ah, de color rojo y leves tonos negros y su novio iba como un bello y dulce ángel de tonos blancos.

A pesar de la edad, para ellos no había obstáculos para perder la infancia o lo que uno hacía hace varios años atrás. Ojála ninguna persona les cierre la puerta en la cara por creerlos locos por estar pidiendo dulces, bueno sólo a uno.

Al menos a Tweek, a Wu no le gustaban los dulces pero quería ver feliz al bebé.

Veían a todos los pequeños infantos con sus padres o inclusivamente con sus amigos correr, gritar y pedir sus amadas golosinas. Aquello les traía varios recuerdos a la mente.

—¿A qué casa quieres ir Tweekesito?— Habló la de ojos rasgados tono negro.

Su pareja tiqueó un ojo, pero no estaba muy nervioso en estos momentos. Al comtrario, estaba bastantemente emocionado. —Vamos a ¡Ah! Aquella— Señaló una bonita casa color beige.

La chica de exótico pero hermoso cabello asintió y caminaron a aquella casa.

Todos sus demás amigos estaban en una fiesta por este alocado día en casa de Wendy. Por supuesto ellos irían más tarde, primero Tweek quería recobrar y revivir unos bellos recuerdos infantiles de cuando tenía menos edad.

Unos pocos pasos más adelante llegaron a la casa que el paranoico rubio había escogido. Acomodaron hacia el frente sus cestos con forma de calabaza “Malvada" y la de nacionalidad China tocó el timbre del hogar.

Una señora de edad avanzada les abrió la puerta con una fuente o bol lleno de dulces y luego los miró a ambos. Tweak hizo lo posible en poner su carita más tierna posible, mayormente la gente caía a sus dulces y tiernos encantos.

Osea, es Tweek Tweak ¿Quién se resistiria a tanta belleza como lo es él?.

Ni la señora pudo -Eso incluía a la chica igual-, y muchos menos cuando el rubio pronució ciertas palabras....

—¡Dulce o truco!—

Le pareció hermoso e irrestible -De buena forma- ver aquella escena tan conmovedora. No lo soportó y llenó sus cestos de calaba con muchos dulces, mínimo unos 17 para cada uno.

El de Xia igual a pesar de que ella no dijo nada, le daría los dulces que tiene a Tweek, obviamente.

—Disfrutenlos hijos.... Se lo merecen, duren mucho amándose por favor— Que señora tan linda les tocó, mayormente hay señoras viejas y pesadas como lo era la que trabaja en el transporte escolar.

La pareja sonrió por aquel comentario tan dulce. —Muchas gracias señora, cuídese— Le agradecieron sutilmente y se retiraron con cortesía de ahí.

Al principio, ambos pensaban que iba a ser una mala y pésima idea salir a pedir dulces y más estando vestidos así como lo estaban, pero parece que resultó todo lo contrario....

—Ahora escoge t-tú una XiaXia— Mencionó alegremente el ya un poco menos paranoico Tweek.

La chica rió un poco y fue mirando cada casa que estaban al rededor de ellos. —Mm.... Vamos a esa de color bordeo— La señaló discretamente, ya que señalar era algo un tanto malo.

—De acuerdo— Sonrió el amante del café y volvió a tomar la suave mano de su chica -Puesto a que se habían soltado hace un ratito-.

Caminaron hasta aquella residencia a repetir las mismas acciones que con la casa anterior. Y raramente, ocurrió lo mismo que con la anterior, la persona que los atendió cayó rendida a sus pies, no literalmente pero ya todos sabemos.

Vaya que esta noche de Halloween iba a hacer un poco larga, dulce y conmovedora pero a la vez larga.

Y eso sí que era de lo mejor.

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