|Si Tweek fuera tu novio....| /Reader/

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Si Tweek fuera tu novio, cuando les den vacaciones, estaría llamándote todo el rato o haciendo videollamadas ya que tu familia y tú salieron de viaje.

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Eran vacaciones repentinas que le dieron a los dos hermanos y claro, toda la familia Wu las estuvieron aprovechando al punto máximo.

Habían estado visitando algunos de los países de América Latina y Canadá. Dentro de una semana irían a hacer un corto viaje a su amado China, pero por ahorita todos ellos se encontraban residiendo en un lindo departamento en la ciudad de México.

Este contaba con 3 habitaciones, de las cuales una estaba siendo habitada por cierta ruda chica de cabellos bicolor y ojos rasgados entreteniéndose en su celular que tenía entre sus manos. Se estaba riendo por ciertos vídeos de temática de humor negro que ella estaba viendo en una app conocida mundialmente.

Lamentablemente su entretención fue interrumpida por una videollamada que le llegó repentinamente. Por supuesto, ella empezó a maldecir.

—¡Joder! ¿Quién es el puto que me interrumpe?....— Bufó y miró el nombre de quién la estaba llamadando. —Oh, es mi Cafecito.... Oups— Rápidamente se arrepintió de lo que dijo, le había dicho puto a su propio novio.

Bueno, aunque eso no es la gran cosa ¿No? Ojála que no.

No perdió más tiempo y decidió aceptar la videollamada. Sabía que Tweak se pondría de una manera histérica si se tardaba demasiado.

—Hola bebecito— Le guiñó su ojo derecho bromeándole.

Su pareja solamente tiqueó un ojo pero igual saludándola. —Hola Xi-Xia....¡Ah!— La chica sonrió y le mandó un beso volador, Tweek tuvo un leve rubor rosa en sus blandas mejillas.

Admitámoslo, ver a aquél rubio tiquear, ruborizarse y con esa dulce carita que tiene, nos hace morirnos sí o sí.

El chico volvió a hablarle. —¿C-Cómo está todo p-por allá?—

—Todo ha estado muy bien dulce. Ahora estamos en la ciudad de México, es muy encantador este lugar.... Y la comida aquí es picante— Rió. —¿Y allá en South Park todo está bien? ¿Y nuestros amigos?— Ahora preguntó ella.

Ahora le dio mucha curiosidad por saber como andaba todo allá en Estados Unidos. Lo echaba de menos y eso estaba claro, a aquél lugar le había agarrado un inmenso cariño.

Por ahora, no tiqueó ninguno de sus bellos ojitos. —T-Todo anda m-muy bien por aquí.... Todos a-andan bien, Stan y Token vi-viajaron igual—

Soltó un “Ohh" primero. —¿Y tus padres, cariño?—

Escuchó uno de sus típicos ”¡Gah!", que lindo. —Es-Están bien.... Los tres estamos e-en la cafetería, ellos están atendiendo a l-los clientes.... Me dijeron q-que tomará mi ti-tiempo libre por ahora y d-decidí ocuparlo todo p-para saber como estás— La miró dándole una linda somrisa, nerviosa pero linda.

Vaya que este chico era el mejor.... Atento, cariñoso, amable, defensor, etc.... Lo era todo.

—Me matas bebé, eres el mejor— Sonrió mirándolo a través de la pantalla del móvil. —¿Y tú como estás?—

—E-Estoy bien, gracias....— Ahora sí tiqueó sus azulados ojitos.

Justo cuando el paranoico rubio iba a hacerle unas cuantas preguntas más a la chica, se oyó una voz de fondo que llamaba a Tweek para que siguiera con su trabajo. Era una voz masculina.

—¡Gah! Xi-Xia.... Mi papá m-me llama, dice que debo vo-volver a atender las mesas—

Vaya, pero que tiempo libre tan corto le dan sus padres -Pensó nuestra protagonista-.

Ella asintió mirándolo. —No te preocupes Cafecito, yo entiendo—

—Lamento que ha-haya sido tan c-corto— Se disculpó el rubio. —Pero a l-la noche te prometo que se-será más larga—

La iba a llamar de nuevo a la noche. Xia sabía perfectamente que no podría dormir mucho entonces -Eso ya lo tenía asegurado-, ya que sabía que se iba a quedar horas hablando con su lindo novio.

Esta se rió. —De acuerdo Tweekesito.... Nos vemos a la noche, cuídate y te amo— Se despidió la chica mandándole otro beso volador a el ojiazul.

Se puso un poco tenso y nervioso. —S-Sí XiaXia~ Tú igual, ta-también te amo— Dicho esto, la pareja cortó la videollamada.

La asiática decidió apagar su celular y tirarse acostada sobre la cama serenamente. Ya ni siquiera le importó seguir viendo aquellos vídeos, ahora sólo esperaba con ansias la próxima videollamada de su chico.

—Ni modo, tendré que esperar....— Habló por sí sola.

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737 Palabras.