Javier.
Yo aún trataba de digerir lo que dijo el doctor, bett no soltó ningúna palabra, al igual que yo.
El doctor se salió y nos dejó solos.
Claro, los mareos que tenía.. pero ¿Cómo? Siempre nos cuidamos.
Un sollozo me sacó del trance en el que estaba, que provenía de quien estaba a mi lado.
Bett.. quien ya estaba llorando, me acerqué a ella y abracé
•Es que no puede ser siempre nos cuidamos.- espetó entre llantos
•Bueno, pero no siempre funciona.- dije tratando de calmarle
•¿Que vamos a hacer?.- preguntó desorientada
•No sé, ¿Quieres tenerlo?.- replique
•Supongo que sí, pero somos muy jóvenes.¿Tu quieres?.- exclamó
•Estoy tratando de asimilar todo, pero podemos con esto no?.- pregunté dudoso
•Ni siquiera tenemos una relación estable Javier.-espetó secándose las lágrimas.
Eché un fuerte suspiro y me revolví el cabello, me puse pensar en la idea de un bebé juntos; un pedacito de nosotros, ¿yo quiero tenerlo?
Y si es un niño.. le enseñaría a jugar baloncesto, o una niña igual de bonita que su madre
•Javierrrr.- grito Bett
•¿Que pasa?.- Espeté confundido
•Por qué no me hablas, me odias?.- exclamó y luego se largo a llorar de nuevo
Yo me acerque para calmarla, la tomé del rostro
•Claro que no, solo pensaba en la idea de tener un hijo.- me sincere
•No quieres verdad? Pues déjame entonces solo piensas en ti y no en nosotros.- espetó enfadada
•No de hecho sí, pensaba que tú no quería espete
•¿Cómo Javier? Tengo 20 años no puedo .- respondió
•Pero...- me cortó y se lanzó a mis brazos a llorar.
Yo no entendía nada, al final no sabía sí quería o no. Luego se quedó dormida, mientras yo estaba haciéndome ilusiones..
Recibí una llamada, eran los de la God level; tuve que explicarles lo que pasó, y entendieron por suerte.
Yo no podía asistir, tenía que quedarme a cuidarla y más en el estado que se encuentra. Aproveché para ir a darme una ducha, su madre se quedó a acompañarla.
Carlos me llevó hasta mi depa, algo que agradecí; me di una ducha rápida y luego cogí algo de ropa para Bett.
Yenny se coló con nosotros para ir de vuelta a visitarla, tuve que soportar el interrogatorio de la misma y madre mía qué intensa.
Llegamos al hospital, le di su espacio para que hablara con su amiga mientras veía el revuelo que se armó en internet por lo de mi accidente.
Algunos hasta especulaban que íbamos tomados.Por mi salud mental dejé el celular de lado, luego llegaron mis padres.
Quienes estaban muy preocupados por mí y por Bett, yo los tranquilize por suerte no pasó a mayores.
Omití lo del bebé en camino, lo vamos a contar cuando decidamos si tenerlo o no; aunque yo ya estaba muy ilusionado por tenerlo, ella tiene la última palabra.
