Las relaciones de pareja eran una cosa complicada de entender para Jason desde antes de conocer a Bruce.
Los alfas, omegas, betas o gammas tenían varias reglas para poder establecer vínculos. Por lo general los betas no estaban interesados en relacionarse con las demás castas de forma romántica. Entre ellos podían procrear y no tenían el gran problema de juegos de poder entre pareja.
Los omegas buscan a los alfas para poder apagar el ardor del celo y la necesidad del nudo para asegurar un embarazo. El juego de poder había estado claro hasta mediados de los 60's cuando los omegas del mundo se rebelaron a los roles establecidos para su género y decidieron que eran más que simples máquinas de procreación y adornos para los alfas. Fue cuando los omegas dominantes fueron reconocidos por primera vez, aunque eran bastante escasos.
Sus padres habían sido una omega y un beta con una relación tormentosa. Continuamente peleaban, sobre todo en ciertas épocas cuando su madre desaparecía hasta por una semana y regresaba con marcas que, él en su inocencia, creía eran parte de los maltratos de su padre. Un beta violento y una omega sumisa eran una pésima combinación, además de ser terribles padres para un niño de mal carácter.
Bruce era un alfa que olía a chocolate oscuro envinado durante las fiestas y en las noches, al vestirse con la capucha del murciélago, olía a cuero y acero. Jamás le conoció una pareja formal, aunque a pesar de su estricto sentido moral y su código, le atraían las villanas. En más de una ocasión llegó oliendo a cierta gatita, lo cual le hizo cuestionarse si de verdad estaba castigado sin patrullar o era una excusa para verse con la amante omega más regular que tenía.
Las relaciones eran difíciles de entender cuando no hay un modelo estable o sano de ellas frente a ti. Al parecer se trataba de sexo o de control, siempre era así. Y no le gustaba la idea de ceder ninguna, ni siendo alfa y menos ahora que era un omega.
Le gustaba sentir que era bien atendido por sus dos alfas cuando era un forajido. Su mejor amigo se doblegaba a ante él cuando le hablaba dulce y ganaba discusiones después del sexo. Starfire era protectora y servicial, nadie iba a tocar al pequeño omega que ella cuidaba. No estaba seguro si así deberían ser las relaciones pero tampoco iba a detenerse a preguntar cuando lo estaban pasando tan bien juntos.
Precisamente terminando de hablarle sobre ello a Alfred en el desayuno, se arrepintió un poco de las palabras que uso al escuchar la respuesta que le dio.
—Parece que el joven Roy es especial para usted, ¿Se lo dijo en algún momento? —preguntó pícaramente sirviéndole más té de frutos rojos.
Sonrojado, Jay miro hacia otro lado para contestarle.
—Es mi mejor amigo, que me ayudara con mi celo no lo hace especial —intentó excusarse y tomó de su taza.
—Si fuera solo eso, le hubiera pedido a la princesa que le ayudara también... —sugirió. Alfred conocía bien a sus niños y se daba cuenta que su niño sensible estaba negando sus sentimientos.
Antes de que pudiera responder a nada, entró Dick a la habitación ruidosamente, cargando varias bolsas, una charola de cartón con dos cafés y vistiendo su uniforme de policía.
—¿Dónde está el precioso chocolatito? —y dejó en la mesa el café.
—No vuelvas a llamarle así —le respondió con pena ajena el antihéroe— Su nombre es Damian, acaba de terminar de comer y con todo este ruido dudo que pueda dormirlo de nuevo...—y lo levantó de la cuna, ligeramente adormilado y con sus ojos verdes bien abiertos mirándolo.
Dick se acercó y con un brillo extraño en sus ojos intentó cargarlo en brazos, sin embargo, un golpe seco en su brazo por parte de su hermano menor se lo impidió.

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El renacer de un ave
FanfictionA sus 18 años, Jason Todd-Wayne jamás imaginó que su vida cambiaría tan rápido. Sus regresos a casa siempre habían sido drámaticos. Gracias a mi co-autora Alice N <3