Ser el hijo adoptivo de un millonario podría sonar como el mejor y más fácil trabajo del mundo, pero en realidad no tenían puta idea.Siempre estaban señalandolo, mirándolo de reojo, intentando usarlo para acercarse a su padre adoptivo y la presión que tenía por sacar siempre las mejores notas le había dado gastritis en más de una ocasión.
Sí le preguntan a Roy Harper-Queen, una de las cosas que más odiaba de todo ello eran las fiestas elegantes a las que lo obligaban a asistir.
Nunca le pidieron que sonriera, Oliver sabía que no podía obligarlo y solo lo pondría de peor humor. Así que solo le pedía que saludara de forma cortes y no hiciera muecas a los fotógrafos que se acercaban a él.
Se sentía completamente fuera de lugar allí. Ese hombre que olía a madera encerada y dejaba una sensación cálida no era su mentor.
Flecha Verde olía a un bosque junto al mar, emanaba la sensación de caminar a través del follaje durante un invierno especialmente húmedo. Casi podía sentir la neblina volviéndose rocío contra su piel cuando entrenaban y empezaba a soltar ese aroma, presionando siempre a qué diera un poco más de sí.
Porque el rubio no tenía problemas con el hecho de exigirle ser mejor arquero, mejor vigilante o mejor alumno... Esa posición no le molestaba en absoluto.
Pero, ¿intentar ser un padre?Definitivamente no tenía idea de cómo hacerlo.
Dudaba de cada consejo y regaño, se cuestionaba a si mismo cada vez que el pelirrojo le gritaba, lloraba a solas cada vez que la frustración de no saber cómo ayudarle o guiarlo lo sobrepasaba, dejándolo anestesiado emocionalmente para poner la atención suficiente a su pupilo días, incluso semanas después.
Y fue precisamente por ese tipo de negligencia que notó muy tarde cuando Roy se marchó de casa, dejando solo una nota en su habitación sobre su traje de Flecha Roja.
Meses más tarde, cuando Slade apareció en la ciudad Starling, Canario Negro acababa de anunciar que estaba encinta. Y a pesar de lo deseado y esperado que esté bebé era, peleó al lado del arquero esmeralda valientemente, nunca se hizo para atrás en ninguna batalla. Al menos hasta que fue obligada a ello por su alfa.
La batalla se había complicado considerablemente con la salida de la metahumana. Su estado era delicado, ahora su embarazo era de alto riesgo y se le había prohibido moverse o hacer mayores esfuerzos.
Y, cuando creyó que no podría proteger a su ciudad durante más tiempo de los constantes intentos de Slade por recuperar la memoria residual de los laboratorios que ayudaron a clonar a Superman, él llegó.
Su hijo adoptivo, que había desaparecido durante meses, regresó tirando flechas sobre su hombro, cubriéndole las espaldas mientras terminaba de derribar a los últimos hombres que les apuntaban con sus armas.
-¿A qué hora es la cena? -saludó jadeante y cansado a su mentor al terminar la batalla.
Durante los próximos días, el pelirrojo se descubrió a sí mismo disfrutando de la compañía de su familia. Al menos hasta que dejó de ser útil para el rubio, cuando ya no necesitaba de nuevo a su ayudante... Cuando ya no necesitaba de un soldado que siguiera sus órdenes.
Antes de irse, Roy recordaba que la mansión Queen era relativamente silenciosa. Dos veces a la semana llegaban a limpiar algunas personas que conocía como el servicio, pero nunca le habían incomodado en lo más mínimo. Limpiaban su desastre y a veces le preparaban comida.
Pero ahora las cosas eran bastante diferentes.
A medida que el vientre de Dinah crecía, la atención de Oliver era menor hacia él. Constantemente monitoreaban el estado de la rubia para asegurarse que todo fuera por buen camino.
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El renacer de un ave
FanficA sus 18 años, Jason Todd-Wayne jamás imaginó que su vida cambiaría tan rápido. Sus regresos a casa siempre habían sido drámaticos. Gracias a mi co-autora Alice N <3