El renacer de un ave

Parte 2

Se había prometido irse en cuanto el dinero se viera reflejado en su cuenta bancaria, sin embargo, las cosas empezaron pronto a complicarse debido a ese bebé que Talia llamaba "Damian".

Era hijo de Bruce, oh, al viejo no le iba a gustar la noticia. ¿Y que diría Dick? Probablemente le encantaría la noticia, parecía querer ser hermano mayor de todos menos de él. No, Jason tuvo mala suerte cuando llegó a la familia Wayne.

Cuando el gran murciélago decidió adoptar a un huérfano de mal caracter que conoció Crime Alley, el primero en criticarlo fue su hijo mayor, quien recientemente se había en listado en la academia de policía sin el permiso de su padre adoptivo.

 Cuando el hijo perfecto y obediente crece para tener sus propias opiniones, la relación con los padres cambia. Al poco tiempo de llegar a la mansión el joven de cabello largo y ojos azules se mudó a Blüdhaven haciendo que la relación entre padre e hijo empeorara. A Jason comenzaba a molestarle la presencia de su hermano mayor, siempre que llegaba de visita Bruce se ponía de pésimo humor y su entrenamiento para volverse Robin le hacía considerar formar una barricada en su habitación secuestrando a Alfred hasta que el murciélago se calmara.

 Tiempo después se convirtió en el nuevo Robin e imaginó que al fin podría tener oportunidad de entablar una relación con el héroe de la ciudad vecina. La realidad fue un balde de agua fría en forma de una palmada en el hombro y un "no tienes que hacer esto" junto a una mirada que no entendía.

Al diablo con los hermanos mayores.

Vería su final a manos del Joker, con una palanca y una bomba. No esperaba llegar a viejo, pero tampoco morir tan joven. Y de alguna forma se arrepintió de lo último. Como si fuera un mal deseo cumplido por un genio de la lámpara, resucitó a manos de la morena que ahora lo mantenía cautivo.

Ahora tenía un mechón de cabello blanco y una necesidad de correr hacia la seguridad de los brazos de su padre adoptivo. Pero cuando llegó, lo que encontró fue a Bruce cargando con apuro a un niño vestido de Robin con las mejillas rojas hacia el batimóvil. Le inyectó algo y el niño quedó inconsciente en el asiento.

Se acercó caminando lentamente hacia su padre, confundido. ¿Cuanto tiempo había pasado? Al sentir su presencia cerca, Batman volteó en posición defensiva, mirándolo con el ceño fruncido por encima de una mascara que filtraba el aire. Sin embargo, al reconocerlo su expresión cambio.

—Jason...

—¿Qué diablos significa esto? —preguntó primero despacio, sin reconocer su voz. Intentó acercarse y su padre lo empujó lejos del auto—¡¿Que mierda significa esto?!

—Lo siento, no puedo permitir que lo lastimes —y mandó con un comando remoto al nuevo Robin a casa.

En otras circunstancias hubiera querido partirle la cara a su padre adoptivo, pero ahora su cabeza intentaba descifrar lo que acababa de pasar.

Toda su vida fue golpeado, maltratado y humillado por todos quienes se le acercaban en ese sucio callejón donde creció. Pero no Bruce. Jamás logró intimidar al millonario, ni siquiera hacer que tuviera algo más de cuidado cuando anduviera cerca. No le temía a un niño alfa que presentó su casta precozmente. Las únicas veces que se había comportado así con él, con cuidado... Era cuando el celo de Dick se acercaba.

Recordaba que las visitas de su hermano mayor eran más cortas pero siempre dejaba un dulce olor que no podía identificar por todos lados. Lo hacía bajar de su habitación o detenerse en medio de un entrenamiento, como si estuviera hipnotizado por el dulce olor pre-celo del mayor.

Para ser el mejor detective del mundo, Bruce dejó mucho que desear en esa ocasión. Como alfa, Jason siempre fue impulsivo y agresivo, durante sus celos lo mantenían prácticamente sedado para que no cometiera ninguna estupidez. La primera vez que vio a Tim, su reemplazo como nuevo Robin, debió darse cuenta que ni siquiera se sonrojó al estar cerca del olor del niño, fue la primera vez que se dio cuenta que su casta había cambiado.