XXV

445 66 4
                                    

Aunque el castaño no tenía muchas ganas de hacer algo, esta vez no era posible posponer el trabajo. Luego del desayuno se separó de Bill, quien dijo que llamaría un auto en un par de horas que lo llevaría a casa, de esa manera no parecería muy evidente que habían estado juntos.

Antes de irse, el mayor lo besó con sólo un toque de labios, a decir verdad, no habían tenido mucho tiempo para hablar.

Si, había tenido sexo más veces de las que podía recordar, pero nunca había despertado al lado de alguien, ni se había quedado en su casa, ni se había sentido tan adolorido y complacido en la vida. Además de todo aquello, Dipper se sentía ahora mucho más confundido que antes, y aún peor, cuando recordó por milésima vez, lo que Bill había dicho y lo que había estado a punto de decir ¿Podía suponer que el rubio sentía algo por él? Puesto que su cobardía le había impedido comprobarlo, no podía sino sentirse más ansioso.

Durmió un rato antes de que apareciera el auto que lo llevaría a casa, al caminar sentía toda su pelvis bastante adolorida, ya en casa, saludó a un par de mucamas y una de ellas le anunció que no había nadie de la familia, caminó hasta su habitación, y durmió un rato antes de irse para el trabajo.

△△△

Luego de un par de días, su cuerpo parecía volver a las normalidad, al igual que aquella mordida en su cuello, por fortuna y como siempre no se había encontrado mucho al rubio, al sentirse tan extraño luego de haber dormido con él, pensó en ir al club a comprobar que nada en él había cambiado, que podía dormir con alguien más sin remordimiento, pero por más que lo intentó, la sola idea de hacerlo le causaba repudio, no podía olvidar las palabras de Bill que resonaban en su cabeza cada que otra persona lo tocaba, sus feromonas, sus labios, su cuerpo, en definitiva, otra vez había hecho todo mal.

—¿Te gustaría ir a comer conmigo?

Antes de que el castaño pudiera regresar a su camerino, el joven Miles lo había detenido, en verdad quería sentarse o irse a dormir, el trabajo volvía a ser agotador y los supresores solo empeoraban la situación.

—Me gustaría, pero estoy un poco cansado Joseph.

—Puedo traer algo para los dos y comer en tu camerino.

—Está bien, no podría pedir nada mejor.

El chico regresó pronto con la comida y la charla amena de siempre apareció.

—...A decir verdad eres muy misterioso, por lo que sé, no son muchas las entrevistas personales que has aceptado.

Aunque había dejado la comida a elección del chico, estaba bastante conforme con el pollo al curry y la ensalada.

—Es mejor de esa manera.

Respondió despreocupado, todavía estaba libre antes de que Albert lo llamara, así que era bueno que el rubio le ayudará a pasar el rato.

—Tenía curiosidad de saber si estabas saliendo con alguien, las revistas nunca han confirmado la existencia de un amante.

—Realmente eres uno de mis fans, Joseph.

—¿Y? ¿Cuál es tu respuesta?

—La verdad es que no hay nadie.

—Creí que salías con el alfa que te acompañaba la última vez que te vi.

—¿Qué? ¿Por qué dices eso?...

El omega soltó una risita nervioso, por dentro sintió que su pecho se encogía.

—...Él solo trabaja para mi padre, nada más. Espero que su visita quede entre los dos, para evitar malentendidos.

—Por supuesto, no diré nada.

Para No Olvidar. [OMEGAVERSE] BillDip.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora