Para No Olvidar. [OMEGAVERSE] BillDip.

IV

El castaño se despertó en medio de la noche con la respiración agitada, un calor intenso, y un dolor insoportable en todo el cuerpo, que no lo dejaron seguir durmiendo.

En un momento, sintió la desesperada necesidad de sentir placer, y mientras se masturbaba y se tocaba por detrás con sus dedos, llegó a su mente aquel sujeto, no conversaron mucho debido al calor del momento, pero recordaba con claridad los ojos ámbar de ese hombre, tan penetrantes desde la primera vez que se había encontrado con los suyos, y desde ese instante no podía olvidar nada, ni una caricia, ni un toque, ni un gemido ronco, ni sus besos tan deliciosos, ni mucho menos, lo bien dotado que estaba, aunque no había podido sentirlo dentro de él, y en ese momento de excitación más que nunca añoraba sentirlo en su interior, todo aquello parecía mentira por lo increíble que se había sentido, su cuerpo ansiaba verlo de nuevo y acabar lo que había empezado, pero su mente no entendía el porque de tanto apego con alguien de una noche, y menos podía comprender el nivel de compatibilidad tan devastador de sus cuerpos, que solo con un toque se sentía como hechizado, con gran esfuerzo logró correrse, sin embargo, su cuerpo aún ansiaba con desesperación ser tomado por un alfa, lo que le impidió conciliar el sueño, y solo deseo que la mañana llegará pronto mientras siguió tocándose pensando en aquel delicioso hombre.

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Cuando se despertó de nuevo por aquellos síntomas, a penas si había podido dormir debido al cansancio, vio que no era muy temprano, así llamó al médico de la familia y le contó que su primer celo había llegado y que estaba sufriendo de manera incesante, al enterarse, le escuchó decir de forma apresurada que no tardaría mucho en llegar.

Hans lo conocía desde recién nacido, sabía todo sobre él y su salud, era un omega rubio de cabello ensortijado y ojiverde, a leguas se le notaba que amaba su profesión, ya que siempre tenía una sonrisa en el rostro, al llegar lo revisó cuidadosamente, y luego le inyectó un supresor que lo fue calmando lentamente, Dipper dejó de sentir aquel dolor y calor insoportable, el celo en verdad se sentía horrible y no podía controlarlo para nada, se sentía aliviado de que ahora estuviera pasando.

—Es bueno que tú celo al fin se haya manifestado, a pesar de que fue tardío, alcanzaste tu talla y peso ideal sin problemas y no tienes ningún problema hormonal tampoco.

—No me gusta nada sentirme así.

—Sé cuan duro es, pero por ahora el supresor parece hacer efecto, aún asi, tendremos que esperar un rato, si no funciona del todo, iremos probando hasta que encontremos el indicado. Te aconsejo que no salgas de casa al menos por hoy, mientras vemos cómo reacciona tu cuerpo.

—¿Cuánto durará esto? Sabes que debo ir a trabajar, no puedo ausentarme por mucho tiempo.

—Bajo ninguna circunstancia puedes salir Dipper, por ahora tu estado es muy delicado, si sales es probable que algún alfa abuse de ti e incluso podrías quedar embarazado, además, se nota que no has dormido nada, eres como un animal indefenso.

Luego de pensar en que casi había cogido con un sexy desconocido, la advertencia de Hans no sonaba muy exagerada, en ese estado, sentía que quería acostarse con cualquier alfa que se le cruzará en el camino.

-Está bien, no iré a ningún lado, llamaré a Albert para avisarle.

—No te preocupes, le diré a tu mamá que lo contacte, tú descansa, vendré en un par de horas a revisarte.

—En verdad te lo agradezco Hans.

—Descansa Dipper.

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El supresor funcionó tan sólo de forma breve, el chico fue despertado por el médico, que lo encontró de nuevo bajo los síntomas del celo, sonrojado y agitado, le inyectó entonces un supresor diferente, y cuando se calmó un poco, una mucama le llevó comida.