XXXII

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Decir que luego de haber arreglado un poco la situación con Bill, el castaño se sentía más tranquilo que antes, sería una completa mentira.

Luego de aquella vez, no habían podido hablar mucho, pero cuando se encontraba con el alfa, sentía que el corazón iba a salirse del pecho, sus manos sudaban y sus piernas temblaban, aunque no solo era ese extraño malestar, creía que ahora que había sido complaciente, el sexo con el rubio se volvería de rutina y al fin, su síndrome de abstinencia sería un poco aliviado, sin embargo, allí estaba ese rubio burlándose de él, actuando muy ocupado, y tan sólo besando sus mejillas y abrazándolo como si no supiera que eso no era suficiente para el menor, al menos, no en aquel momento.

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Aquella tarde, logró atraerlo una vez más con el sonido del violín y luego de haber cerrado la puerta se abalanzó sobre él casi haciendo que se cayera, el contario sostuvo sus piernas que le rodeaban la cintura y cuando Dipper vió que el mayor creía que lo iba a besar, bajó a su cuello y lo mordió.

—Ah, eso duele.

Mientras lo cargaba, Bill lo llevó hacia el sofá y se sentó con el chico a hurtadillas sobre sus piernas.

—He estado muy ocupado.

—¿Puedes imaginar lo que he estado soportando? He tenido que tocarme a mí mismo, y... Estoy pensando en traer los juguetes del club.

—Me encantaría ver eso.

—Bill, si no...

—...Ya que mañana tienes libre en la mañana, sal conmigo a una cita esta noche.

—Bien, ahora vete de aquí.

—Ya que estás tan ansioso ¿No quieres un regalo?

—¿Que es?

El alfa se acercó para besarlo y luego lo recostó sobre el sofá.

—Sostén esto con tu boca.

Dijo levantando la camiseta del chico y haciendo que la sostuviera con los dientes para dejar su torso al descubierto.

Empezó a dar besos en el abdomen del contrario, no tenían mucho tiempo así que bajó rápidamente los pantalones del castaño para tener acceso a su miembro, y se instaló entre sus piernas, vio la mirada desesperada del otro.

—No hagas demasiado ruido.

Le pidió, y luego de mostrarle una sonrisa traviesa empezó a acariciar al chico al tiempo que lo lamía lubricandolo con su saliva, no bastó mucho para que el omega se pusiera del todo duro y empezara a gemir, el rubio se dispuso a meterlo todo en su boca y empezar el vaivén, rodeándolo con su lengua y saboreándolo hasta la base, ver el rostro del menor delirando de placer y tratando de gemir por lo bajito, estaba empezando a excitarlo, tenía que acabar rápido, o probablemente irían hasta el final.

Dipper no recordaba que alguna vez alguien lo hubiera acariciado de aquella forma, con aquel estímulo y viendo como el contrario se deleitaba mientras lo observaba desde abajo con aquella mirada profunda, no bastó mucho tiempo para que sintiera el clímax cerca.

—Bill... Me voy a venir...

Al escuchar éstas palabras el alfa sólo aceleró el ritmo haciendo que el chico se viniera en su boca.

Mientras acomodó la ropa del chico, lo besó aún con un poco de su esencia en la boca.

—Sabes tan delicioso como pensé.

Dijo el mayor relamiéndose los labios y levantándose para irse.

—Te veo esta noche.

El chico suspiró profundo ¿Como lo dejaba en ese estado y se iba como si nada?

Para No Olvidar. [OMEGAVERSE] BillDip.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora