XXXIII

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A modo princesa el menor fue llevado a la habitación, allí se desnudaron desesperadamente y se recostaron uno al lado del otro.

Dipper abrazó al mayor mientras lo besaba, le encantaba sentir como se frotaban sus miembros, al tiempo que lo abrazaban esos grandes brazos, pero pronto se apartó y miró aquellos ojos dorados que despedían lujuria.

A continuación deslizó su mano por el pecho y abdomen ajenos, y bajó hasta la entrepierna para tomar aquel miembro ya bastante erecto, apenas podía rodearlo por completo con su mano.

—Como me encanta esta parte de ti.

—¿Solo eso te gusta?

El castaño sonrió travieso y acercó su miembro para frotarlos juntos, se sentía demasiado bien y Dipper sentía que se excitaba más y más, soltó un gemido cuando el contrario apretó su glúteos y luego le dio una nalgada.

—Ah... Me gusta, hazlo más.

—Entonces no me detendré.

El dolor de cada golpe que sucedió al primero recorría su espina dorsal, y pronto no aguantó más, quería ya tener al alfa abrazándolo, desde hacía tanto que la espera lo estaba enloqueciendo.

—Bill, quiero que... Entres en mí.

El rubio lo sostuvo y se dio la vuelta para que el chico quedara sobre él.

Ebrio de placer y sin más preámbulo, el menor tomó el miembro del alfa y poco a poco fue haciendo que se perdiera en su interior, se notaba más dilatado de lo normal, probablemente las nalgadas previas lo habían hecho relajarse, el dolor solo incrementaba, y de repente sintió que el mayor lo detuvo sosteniéndolo una vez más de la cintura e impidiéndole ir más profundo.

—...No deberías...

—Lo quiero todo... Por favor...

—Entonces... Hazlo despacio...

Tomarse su tiempo para recibir aquella inmensa virilidad fue una muy buena idea, sin embargo, al tenerlo todo adentro sintió una vez más que, aunque era exagerado, le llegaba a la garganta, y, algo que lo sorprendió aún más, era ver cómo aquella cosa sobresalía en su abdomen, el dolor lo hacía sentirse un poco mareado, pero se sentía maravilloso ser penetrado tan profundo, en verdad era todo un masoquista.

—¿Estás bien?

—Solo... No vayas a moverte aún...

—Me estás apretando mucho... Relájate un poco.

—Siento que... Me voy a venir... O a desmayarme...

—Respira.

El menor respiró profundo y luego se acercó a besar al otro, que acarició su cuerpo para que dejara de estar tenso, el chico empezó a moverse despacio y cerró muy fuerte los ojos, todo se sentía muy extraño, pero pronto el dolor trajo un nuevo placer consigo, y aunque no se movía mucho, empezó a sentirse más embelesado y se corrió pronto en el abdomen del rubio.

—Es...Demasiado grande.

Mientras recuperaba el aliento miró al contrario, que sólo se había limitado a observarlo gozar.

—Ya... Puedes hacerlo Bill, cógeme fuerte... Cómo siempre lo haces...

—Aunque me encanta verte así, estaba esperando a que me lo pidieras.

El mayor salió del chico y lo recostó en la cama, volvió a entrar en él, luego de ponerse un condón, era bueno que ninguno de los dos estuviera en celo, porque aunque sus feromonas alteraban sus sentidos, podían estar mínimamente conscientes, al menos el alfa.

Para No Olvidar. [OMEGAVERSE] BillDip.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora