Capítulo III: El Club.

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Una Semana después de su encuentro con Salomé, Eduardo se encontraba en el colegio donde trabajaba antes de su incidente.

- Señor Pereira.
- Señor Eduardo, supe todo y lamento las cosas, pero quisiera darle trabajo.
- ¿Porque a mi?
- Porque usted dirigía el club de poesía de este colegio, antes del accidente y en verdad lo quiero de nuevo acá, además era bueno en la guía de los estudiante,.
- No recuerdo, no recuerdo nada si le soy sincero.
- Lo sé, pero usted lleva la poesía en la sangre, a pesar de todo, de no recordar su pasado, se volvió poeta de nuevo y en el extrangero.
- Claro, aceptó la verdad, es que necesito el Dinero.

Luego de eso vieron cosas del contrato entre ellos. Dieron una vuelta por el colegio, aunque estudio ahí y trabó bastante en ese lugar nada venia a sus recuerdos, todo era nuevo, algunos estudiantes lo reconocieron, Eduardo por educación devolvía el saludo.

- Bueno señor Eduardo, bienvenido de nuevo.
- Gracias.
- No olvide la reunión de mañana le asignaremos horario y salón, además conocerá al resto de líderes de clubes.
- Claro, buena tarde.

Al salir tomo el auto bus y fue a dar al bar de siempre, en ese lugar parecía sentirse en casa aun sin saber porque.

- Cantinero, lo de siempre.
- Disculpe señor es mi primer día y no se que toma usted.
- Que paso con el otro sujeto.
- Se fue de vacaciones con su novia Celeste señor.
- Entonces dame una botella de whisky y lo pones en mi cuenta.
- ¿A nombre de quien?
- Eduardo Rodriguez.
- Esta bien señor, acá esta.

Despues de media botella, parecía que la soledad lo invadía, realmente no tenía amigos y los que tuviese no están ahí para reconocerlo, sin memoria era solo el y su mente.

- MALDITO COLEGIO, si acepte esa mierda de trabajo fue solo porque no es mala paga y era mio literal, enseñarle a estúpidos niños de poesía, al final solo sirve para conseguir un acostón sin pagar.

Luego de eso pagó llamo un Uber si se fue a su nuevo departamento, era pequeño, pero ya podía pagarlo y tener dinero para alcohol y todo lo que su cuerpo le pidiera. Se durmió y la noche terminó para toda la ciudad.

Salomé 3: La historia de un amor que no fue. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora