Capítulo XV: La Declamación De Salomé.

8 2 0
                                    

Era noche de declamación en el bar de siempre ya hacía tiempo Salomé había pedido un día, y este por fin había llegado, era el momento que ella deseaba, aunque ella no lo sabía con certeza esperaba que le poeta estuviera ahí y la llegara a escuchar.

Ese día justamente el poeta llegó estaba sentado en la misma mesa donde ya hacía meses Salomé recibió la libreta de manos Celeste, con su típico whisky en la mano, en ese momento el escucho el nombre de ella y vio fijamente hacia el escenario.

Salomé vestía un vestido negro y tacones iguales, era largo hasta el piso, straple, pero con un escote que dejaba divisar una de sus largas, delgadas y muy sensuales piernas, sin maquillaje más que un brillo y su cabello riso decorado con una diadema negra con brillos y empezó a hablar.

Apareciste con esos ojos de color vida,
en acuarela te pintaste la elegidad
para en caminarme a la salida
de la negra elegia de mi corazón,
tú que subsistes en mi mismo salón,
dime ¿que hacer?
Con mi ideologia concretamente puesta,
¿se mi novia? la constante propuesta;
no lo niegues, porfavor se honesta
y túsabes bien que algo sientes
no calles y dime ¿porque mientes?
¿a que le temes?
Si me dices que no, me motivas;
a contarte verdades tan invasivas
que te incrusten ideas pensativas,
te asegiro que no es un cuento
o un largo y absurdo juramento,
solo la pura verdad...
 
Y hoy no encuentro en esta historia
un verso que aniquile mi memoria,
no existe una convincente oratoria
que en mi corazón borre el amor,
que me llene con el necesario valor
para olvidar...
 
Quiza y lo que es el ayer te ha dañado
y el amor en lagrimas te ha bañado,
pero hoy de ti estoy muy enamorado,
solo dejame a ti poder probartelo
y con un beso y un abrazo demostrartelo
y amarte
Tú sabes, no soy perfecto, algo evidente
y al parecer no soy inteligente
solo un tipo romantico y persistente
yo no busco a ti engañarte
tan solo un poema declamarte
que te una a mi...
 
No encuentro en esta bella historia
letras y palabrasque en mi memoria
coloquen la necesaria oratoria
que de mi corazon borre el amor,
esa que me otorgue el valor
para seguir aunque duela...
 
...No soy lo que tanto soñabas
ni el principe perfecto que buscabas
tan solo el amor que tanto anhelabas,
solo incluyeme en tu destino
y construyamos el glorioso camino
que cree nuestra historia...

A Eduardo le pareció conocido pero ajeno sin duda al guna le había tocado el alma con dicha poesía, que parecía se la de un poeta enamorado, por su mente pasó que quizá y era pa el tipo de la ves pasada, el poeta aún con marcas de la paliza dejó pagado el trago y se marchó. Cuando Salomé salió de los vestidores para hablar con el ya no estába, pero estaba feliz porque sentía la conexión que nació entre ambos.

Salomé 3: La historia de un amor que no fue. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora