Salomé 3: La historia de un amor que no fue.

Capítulo XXIV: Sangre De Amor.

Al abrir la puerta, encontró a Eduardo a su poeta sentado frente a una chimenea, de tal modo que no se vía más que su espalda haciendo sombra, no volteo ante él ruido, ella se iba acercando paso a paso hacia el, en un momento se dio cuenta qeu el suelo está cubierto de sangre. Al ver esto, empezó a correr hacia el se deslizó y cayó sentada junto a él.

En ese momento, vio como su poeta sangraba de la herida, como esta estaba de nuevo abierta, con la misma forma que antes, la misma silueta a letra "S", ella grito con dolor, se quito la blusa y con toda la fuerza que tenía le hizo un torniquete en le brazo, no podía creer que se estuviera repitiendo, pero esta ves no dejaría que nada pasara. Tomo su teléfono y marcó a la ambulancia, dio la dirección al cabar el se dirijo a ella con una voz tenue.

- Dejame Salomé.
- No.
- Soy un desastre.
- Se ve claramente que si.
- No merezco una mujer como tú.
- ¿Por eso hiciste esto?
- Si.
- ¿No me amas?

El se desvaneció y dejó de hablar en ese momento justo llego la ambulancia, ella lo tenía entre sus brazos, los paramédicos lo tomaron y lo atendieron antes de llevarlo de urgencia la hospital, no dejaron subir a Salomé al no ser, su familiar.

A los minutos llegó Julieta y abrazo a Salomé, ella le contó todo lo que vio, todo lo que vivió al ver a su amor así, pero esta feliz porque está ves pudo evitarlo. Ya había hablado con la policía, así que bajo la calle hasta el auto de Julieta. Subieron y entraron nadie dijo nada, solo tomaron camino al hospital, ella la única conversación que tuvo Salomé fue al llamar a Celeste para decirle, ella está fuera del país por lo que le pidió la mantuviera al tanto.

El camino era neblinoso pero al final llegaron al hospital donde se encontraba, bajaron pidieron información, fue complejo dado que el ya no tenía familia, al final ya que ella mostró pruebas de conocerlo y trabajar con el, la dejaron pasar al cuarto donde estaba.