Capítulo XXII: El Cuaderno.

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Eran las 7 de mañana, ya que era reunión de personal Salomé debía ir temprano y no por la tarde que era la hora de los clubes, recibirá su salón y las instrucciones de trabajo, antes del ingreso de los jóvenes a clases, por lo que se baño y se vistió de manera veloz pero muy hermosa, su cabello brillaba y sus ojos aún más.

- Bienvenida, Salomé.
- Hola Dr. Pereira.
- ¿Quién diría que la Salomé problemas trabajaría acá?
- Si la verdad.
- Nos alegra tenerte de vuelta.
- Gracias, a mi me alegra estar de vuelta, este lugar me hace recordar tantas cosas felices de mi pasado.
- Por cierto Salomé, después de la reunión pasas a mi oficina.
- Esta bien Dr. Pereira.

La reunión inició con un café y unos panes para comer se habló del los metodos de trabajo, se repartieron los grados y maestros de los cursos regulares, luego se dio paso a anunciar los clubes la perturba de 1 nuevo y donde estarían los salones todos fueron anunciados, menos el de poesía. Al acabar salió corriendo a la oficina del Dr. Pereira tocó fuerte al llegar.

- Adelante.
- Dr, que paso allá.
- Salomé tranquila.
- Es que no entiendo.
- ¿Me puedes escuchar?
- Vale.
- Eduardo renunció hace 1 mes. Es por eso que aún no se anunció director de ese club, y si te llamé fue para darte algo.
- ¿Cómo que renunció?
- No te dijo, yo supuse lo haría, se vía eran amigos el año pasado pasaron muchos días en la azotea, así como lo hacían cuando estudiaba.
- No, no me dijo nada, esperaba verlo hoy.
- Lo siento Salomé.
- Y que me tiene que dar, ¿él me dejo algo?
- No, pero al ser tu su amiga más cercana queria darte este cuaderno, estaba en su locker, toma, eso era lo que quería, puedes retirarte y tomarte le resto del día.
- Gracias. Dijo mientras tomaba el cuaderno.

Salió de ahí se fue y regresó a casa, y cuando llegó abrió el cuaderno, era un cuaderno lleno de garabatos y rayas pero algo era muy claro en una de las páginas había algo escrito.

Este es mi plan, me enamore de Salomé, lo sé en esta ebriedad lo noto mucho y al final de estas vacaciones será mi prometida, lo dejare todo por ella este alcohol esas mujeres y todo, ella es el amor de mi vida, parece ilogico, pero siento que ella es la niña con la que subía a la azotea, pero no pude ser nos llevamos mucho como para estudiar junto. Te amo Salomé.

Luego de eso, había más garabatos, lo cerró y corrió por el cuaderno de poemas que le dio Celeste.

Salomé 3: La historia de un amor que no fue. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora