Caminaba con tranquilidad bajo un cielo gris, supuestamente hoy era un día especial, pero veo que el tiempo no me apoyaba. Mis cabellos azulados jugaban con el aire, son de un tono oscuro, en cambio mis ojos son más claros como un cristal. Llevaba una camisa blanca medio abrochada, ya que acababa de salir de casa, solté un bostezo hasta que alguien se lanzó hacia mí desde mi espalda, me tambaleé hacia adelante. Refunfuñando me giré para ver quien era, vi la cara de un muchacho, con rasgos achinados, cabellos oscuros y revueltos como si hubiese pasado un torbellino en el . Se trataba de Liux un supuesto compañero de clase y mejor amigo. Ya que le conocía desde que eramos unos niños. Lo miré con frialdad y seriedad, ya que no me gustaba que me hiciese eso. Éste ni se inmutó, simplemente me miró con una sonrisa algo burlona. Me separé de él con un leve codazo, abroché los botones que me faltaban mientras que segía caminando, dejando a un lado a Liux.
-Tan serio como siempre. -Con entusiasmo se puso al lado mío como si fuese un perrito.- Menudo día para celebrar tu cumpleaños, ¿no crees?.-Alzó la vista para mirar el cielo encapotado.-
- Como si me importara. -Cogí mi chaqueta que llevaba en la mano derecha y en la otra llevaba mi cartera. Con desganas la balanceé un poco.-
-Tío, pareces...no sé que decirte. Aburrido en tu vida, eso pienso. -Liux se limitó a hablar todo el rato en todo el camino. Por suerte ya estaba acostumbrado a oírle o a veces ignorándolo mentalmente, para mi era como una radio al que nunca se le acababan las pilas. Ya apuntó de cruzar el paso de cebra pudé oír los gritos de unas muchachas, me volteé unos segundos para ver quienes producían esos gritos. Inquieto, aceleré mis pasos seguidos de Liux. Cuanto más se acercaban esas muchachas más ganas de correr me daban. No soportaba la multitud y más las chicas acosadoras de todos los días. Con desganas salí corriendo con Liux al lado mío no se cuanto recorrimos pero ya habíamos llegado delante de una verja enorme y ya abierta, era la de nuestro colegio.- Espera... -Éste jadeaba agotado, y fue cuando me acordé de que mi rapidez era mejor que la suya; es decir, que mi estado físico era demasiado bueno como los olímpicos o eso me decían.- Estoy agotado...-Liux se limpió el sudor que le resbalaba por la sien. Después de tales movimientos, éste se incorporó animado.- ¿Ya llegamos?.-Afirmé con la cabeza y miré el edificio. Era enorme como si fuese una mansión en la que podría caber más de veinte mil personas. Las ventanas eran de casi dos metros de largo y un metro y medio de ancho. En los cristales reflejaban la luz del Sol. Todo parecía sacado de un cuento, agarré mi cartera con fuerza y me encaminé al lugar.-Ya empezamos con la rutina diaria. -Esbozó una sonrisa sin dejar de mirar hacia adelante.-
-Un día más para aburrirse.-Con la mano desnuda la coloqué sobre mi nuca, solté un leve suspiro.-
-Venga hombre, de seguro que recibirás muchos regalos de tus acosadoras. -el muchacho lo comentó como si eso fuese algo divertido.-
-Huy, mira que felicidad. -Entré en el edificio mirando los taquilleros, sin ganas alguna me aproximé al mío. Era el número seiscientos sesenta y seis. Introducí una llave en la cerradura y lo abrí con sumo cuidado hasta que cayeron unas cuantas cartas de ella, como era de suponer, eran de amor. Las cogí y las miré de reojo, cogí mis cosas necesarias y cerré la taquilla con una llave. La taquilla de Liux se hallaba frente a la mía, éste miró las cartas y soltó un silbido.
-Esta vez tienes menos -Soltó su típica risa mientras que yo refunfuñaba hacia mis adentros.-
-No tengo tiempo para estas tonterías. -Caminó dirigiéndose a las escaleras, pasó al lado de una papelera y tiró las carta.-
-Que cruel eres. -Miró las cartas y me siguió con cuidado.- Bueno ahora con matemáticas. -éste suspiró.-
-Se ve que no te gustan -Llego delante de la puerta de la clase de primero de bachillerato.-
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La libertad de las sombras
FantasíaEs la historia de un muchacho que se llama Dyan, él creía que era un ser humano hasta que descubre que es todo lo contrario, un ser que se dedica a manipular a humanos solo para divertirse. Un demonio mestizo de una bruja mundana, él no se lo pudó...