Introducción
-¡Maldición!- Gritó furioso mientras caminaba por los pasillos de Rosings Park con el pliego de papel en su mano.
Sin tener en cuenta los modales de la alta aristocracia, y la presencia de su tía, su prima y el clérigo del condado, entró en la estancia hecho un basilisco, se sentó en el primer lugar que encontró y soltó un gran bufido.
-¿Puedo saber a que se debe este arranque de ira a una hora tan temprana?- Preguntó su tía mirándolo con reprobación- ¡Ni siquiera hemos desayunado y ya estás blasfemando!
-¡Por supuesto que estoy blasfemando!- Le respondió, incapaz de guardar el decoro- ¡Es la tercera institutriz que se marcha en lo que va de mes! ¡Son todas unas incompetentes que no saben manejar a una niña de seis años como corresponde!
-¿Otra vez la has despedido?- Preguntó su prima- ¿Qué ha sucedido?
-¡No me ha hecho falta despedirla! ¡Ella misma se ha ido al darse cuenta de su incompetencia!- Recalcó enfadado- ¡No se le ocurrió otra cosa que llevarse a Claire a bañarse al río!
-¡Que desfachatez!- Comentó su tía escandalizado.
-Menos mal que mi hija tiene más sentido común que esa mujer y se rehusó a meterse en el agua, dejando a esa estúpida mojada en el arroyo, cuando regresó a la casa, el ama de llaves la reprendió y entonces la muchacha, inventándose tonterías sobre la niña, decidió marcharse ayer mismo- Les explicó- ¡Y ahora tengo que buscar a otra institutriz!
-Esa niña lo que necesita es una mujer que esté pendiente de ella, una mujer que la eduque como corresponde, una madre.
-No empieces otra vez, que no estoy de humor para esas tonterías- Se quejó ante la insinuación de su tía- No voy a casarme de nuevo para contentarte, el dolor de la muerte de Caroline aun es reciente.
-¡Por el amor de Dios, Fitzwilliam! ¡Han pasado cuatro años! ¡No es reciente!- Se exasperó su tía- ¡Ya has guardado luto demasiado tiempo y ya es hora de que empieces a pensar en el porvenir de tu hija y en el de tu casa!- El hombre la miró a los ojos desafiándola- ¡Debes darle un heredero varón a Pemberley, un heredero que mantenga el linaje de los Darcy!
-¿Y a quien debería escoger? ¿A alguna de esas estúpidas damas aristócratas que apenas tienen dos dedos de frente?- Se defendió- ¡Antes muerto que dejar que una de esas arpías entre en mi casa!
-¡No puedes eludir tus responsabilidades!
-¡Y no lo haré!- Le aseguró- Pero quiero encontrar a alguien que no me de quebraderos de cabeza- Le explicó- Qué simplemente esté ahí para engendrar a ese heredero, y que no me exija cariño, ni se meta en mis asuntos.
-De eso entre los aristócratas no encontrarás muchas- Le aseguró Anne- Todas esas mujeres están deseando que sus esposos las colmen de buenas palabras y de galantería.
-Precisamente, y no estoy dispuesto a ello.
-Quizá yo tenga la solución- Comentó el clérigo, que había permanecido en silencio hasta el momento.
-¿Usted, señor Collins?- Preguntó la anciana mujer, sorprendida de su intervención.
-Así es, señora- Se puso en pie e hizo una reverencia- Resulta que ahora mismo está hospedándose en mi casa, una prima mía que enviudó hace poco más de un año, su marido era un oficial al servicio de su majestad que falleció en la última contienda- Les narró- Su esposo no le dejó más que deudas y a dos criaturas recién nacidas, que ahora tienen el año de vida, gemelos, niño y niña- Darcy lo escuchaba sin demasiado interés- Tuvo que venir a pedir mi auxilio, pues su padre no le perdonó que se casara con aquel hombre en contra de su voluntad, y no me extraña, pues según tengo entendido, el señor Wickham era un auténtico despropósito de hombre.
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Matrimonio con hijos
FanfictionTras la muerte de su esposa, Darcy solo tiene cabeza para los negocios y para tener controlada a su hija de seis años. Se le ofrece la oportunidad de desposarse con la viuda de su mayor enemigo, George Wickham, y pensando en vengarse de él, decide a...