8º Enamorados de nuevo
A la mañana siguiente, el doctor apareció en la casa a primera hora de la mañana, ansioso por confirmar que la mejoría de la señora Darcy no había sido mera casualidad, congratulándose al ver que la dama en cuestión gozaba de buen ánimo y parecía seguir mejorando a pasos agigantados.
Por primera vez en sus muchos años como doctor dejó que los familiares se quedaran con la paciente mientras él realizaba su revisión, y comprobó como el acercamiento a su marido y a su cuñada hacían que la señora Darcy tuviera algo de color en las mejillas y los ojos le brillaran con vivacidad. Eso le hizo cuestionarse la decisión que tomaba siempre sobre mantener a la familia lejos de los enfermos durante enfermedades tan graves, y decidió que debía estudiarlo a fondo.
-Bien, señora Darcy, debo decir que estoy realmente maravillado de su mejoría- Le comentó- Parece un milagro.
-Tengo a los mejores cuidadores conmigo- Sonrió mirando a los hermanos Darcy.
-De eso he sido testigo- Concordó con ella- Y dada su evidente recuperación, creo que a partir de mañana podrá ser visitada por los niños que hay en la casa y levantarse un par de horas de la cama, pero con moderación pues sigue enferma, y además su hombro aún no está curado del todo- Les informó- Ya no hay riesgo de contagio, pero usted no debe agotarse, por ello les pediré que por ahora, el tiempo que pase levantada sea en este mismo piso y siempre acompañada.
-¡Eso sería maravilloso!- Exclamó con entusiasmo- ¡Tengo tantas ganas de verlos!
-Y ellos a ti también- Le aseguró Georgiana.
-Ya no volveré hasta la semana que viene, salvo que necesiten de mis servicios, así que les pido que sean cautos, no tengan prisa, es preferible que vayamos poco a poco viendo hasta donde llegan sus fuerzas.
-No se preocupe doctor, me aseguraré de que cumpla con lo que usted ha estipulado.
Y de esa forma, a la mañana siguiente, después del desayuno, Darcy ayudó a Elizabeth a ponerse en pie con algo de dificultad, pues sus piernas le temblaban tras dos semanas postrada en cama y su hombro dolía con cada movimiento. Con cuidado la condujo hasta el sillón que había en la habitación cerca de la chimenea, y una vez estuvo sentada, la tapó con una manta para que no cogiera frío.
Minutos después se adentraban los gemelos, corriendo con desesperación hacia su madre, a la que habían añorado enormemente. Lizzy los recibió con entusiasmo, una sonrisa y unas pequeñas lágrimas de felicidad. A poca distancia los observaba Claire, cogida de la mano de su tía, nerviosa y asustada por como pudiera reaccionar Lizzy al verla.
-Cuidado con mamá- Pidió Darcy a los gemelos, viendo lo eufóricos que estaban- Aun está enferma- Les indicó, los pequeños dejaron de saltar al instante- ¿Por qué no vais a por un poco de agua para mamá con la tía Georgiana?- Les preguntó, queriendo dejar a Claire espacio para hablar con ella.
-Eso es, vamos a por agua y a por unas flores para mamá- Repitió la joven, tendiéndoles la mano, y al instante ambos la acompañaron sin dudar- Volveremos enseguida.
Una vez a solas, Fitzwilliam se acercó a su hija y la llevó junto a su esposa, que la esperaba. Nada más tenerla delante, Lizzy notó como la niña bajaba la mirada y la rehuía, así que con determinación y aguantando el dolor que sentía al mover el hombro derecho, alargó sus brazos y la alzó, sentándola en sus rodillas, provocando un gesto de disgusto en su marido.
-No debes hacer esfuerzos- Le recordó, sentándose en el sillón de enfrente.
-Perdona, lo he hecho sin pensar- Le dijo, quitándole importancia, centrándose en la pequeña niña que tenía en sus brazos. Sin esperar un instante, y dejando realmente estupefacta a la pequeña, Lizzy la abrazó con cariño y besó su frente- ¿Estás bien?
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Matrimonio con hijos
FanfictionTras la muerte de su esposa, Darcy solo tiene cabeza para los negocios y para tener controlada a su hija de seis años. Se le ofrece la oportunidad de desposarse con la viuda de su mayor enemigo, George Wickham, y pensando en vengarse de él, decide a...