13º La cabezonería de Erick

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13º- La cabezonería de Erick

Tras aquella cena, la situación en Pemberley se tornó extraña. El matrimonio Darcy se comportaba de manera cortés, se saludaban, hablaban de temas variados, y pasaban tiempo con el resto de habitantes de la casa, pero no tenían esos gestos cariñosos que habían mostrado durante los meses previos, durante la convalecencia de Lizzy.

Todos veían como Darcy observaba a su esposa a cada momento, anhelante de poder tocarla y abrazarla, y como ella, intentaba evitar estar a solas con él siempre que le era posible. Aun así, ambos se buscaban con la mirada cuando pensaban que el otro no estaba al tanto.

El coronel y Georgiana intentaban propiciar los momentos a solas entre ellos para que resolvieran aquella situación de manera definitiva, pero nada de lo que hacían surtía efecto, Fitzwilliam se comportaba como un auténtico caballero, cumpliendo su promesa de no presionarla, y Lizzy se mostraba sociable pero inflexible cuando conversaban.

Un par de semanas después de que comenzara aquella situación, Darcy estaba desficioso, tal y como pudo comprobar el coronel cuando vio que Elizabeth salía al jardín para hablarles a los niños de la naturaleza junto a Georgiana y él no tenía pretexto para ir con ellos.

-¿Y si les sucede algo?

-¿Qué les va a suceder en el jardín?- Preguntó el coronel divertido- Han salido solos millones de veces y nunca te ha preocupado, ¿qué sucede ahora que no sucediera antes?

-¿Y si Elizabeth recae con su enfermedad?

-Lo dudo mucho, el doctor ya le había permitido llevar una vida totalmente normal- Le respondió- ¿No será que estás enfadado por no poder verla?

-¿Qué dices? ¿Por qué habría de molestarme eso? Cuando vuelva a la casa podré verla de nuevo.

-Primo, no intentes disimularlo- Le dijo mirándolo a los ojos- Todos nos hemos dado cuenta de que no dejas de observarla a cada momento, deseoso de poder estar junto a ella.

-Soy muy obvio, ¿verdad?- Suspiró abatido- No deja que me acerque a ella, quiero decir de manera cariñosa, muero por estrecharla entre mis brazos y besarla, y ella no me quiere.

-Estoy convencido de que querer no es el término apropiado- Le comentó- Ella te quiere, y seguro que desea lo mismo que tú, pero es muy terca, y quizá necesite que fuerces un poco la situación.

-¿A qué te refieres?

-A que quizá debas mostrar tú algo de indiferencia para que ella reaccione y vuelva a la normalidad contigo- Le propuso.

-No, no puedo hacer eso, le prometí no presionarla, y eso sería una manera de hacerlo- Dijo con decisión- No, esperaré a que ella decida que se ha acabado esta absurda situación.

-Eso te honra, primo, y por el bien de tu cordura, espero que pronto desista de este castigo que te ha impuesto.

Mientras ellos conversaban, en el jardín, Claire caminaba con Lizzy de una mano y un cestillo con el almuerzo en la otra, Eilin iba en brazos de Georgiana, y Erick correteaba delante de ellas, siguiendo pequeñas mariposas que había por el camino. Al tiempo que paseaban, Lizzy les iba contando que tipo de planta era cada una de las que veían, y cuáles eran sus cualidades, haciendo que Claire se sorprendiera de algunas de las facetas sanadoras de aquellas plantas.

Cuando llevaban un rato caminando, decidieron parar a la sombra de un gran árbol para tomar un tentempié. Los cinco disfrutaron de aquellos bocadillos y del zumo que les habían preparado, y mientras las dos adultas conversaban un poco, los pequeños comenzaron a corretear alrededor, hasta que Claire dejó los juegos y miró a su madre.

Matrimonio con hijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora