5º La acusación

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5º La acusación

Tras ver a su esposa alterada por las noticias que el coronel traía sobre su primo, Darcy mandó a su gente de confianza a averiguar que era lo que había hecho el clérigo por su prima, si realmente era merecedor de alguna compensación como parecía creer él.

Su sorpresa fue mayúscula cuando su informante volvió con todas las deudas que había dejado el indeseable de Wickham a su esposa y con toda la información sobre la participación de Collins una vez acogió a Lizzy y a sus hijos en su casa.

Con el rostro sombrío, acompañado de su primo y de la señora Reynolds, fue en busca de su mujer, que estaba explicándoles a los niños en el jardín la función de las abejas. Cuando los vieron llegar, Lizzy se puso nerviosa, el rostro de su marido era realmente serio.

-¡Papi!- Gritó la niña, corriendo a sus brazos. Él la cogió por inercia, pero apenas le hizo caso, miró a su mujer fijamente- Papi, ¿vienes a quedarte conmigo?

-No cariño, tengo que hablar con Elizabeth de algunas cosas- Le comentó dejándola en el suelo- La señora Reynolds se quedará con tus hermanos y contigo mientras hablamos- Le tendió la mano a la joven mujer que los observaba en silencio- Acompáñame, tenemos asuntos que tratar que no admiten demora.

-Por supuesto- Le respondió tomando su mano de inmediato.

-Pero papi, yo quiero que te quedes y que juegues conmigo- Le dijo su hija, cogiéndose de su pierna- ¡Suéltala y ven conmigo!

-¡Basta ya, Claire!- Le gritó enfadado, apartándola de su pierna y tirando de su esposa hacia el interior de la casa, seguidos por el coronel.

La niña se sintió traicionada por su padre, que había preferido la compañía de aquella mujer a la suya. Con odio miró en la dirección en la que se habían marchado y juró que antes de que acabara la semana le iba a hacer pagar a esa mujer el haberle quitado a su padre.

El matrimonio Darcy fue hasta el despacho principal en completo silencio, cuando ingresaron en él, Darcy la llevó al diván y la sentó junto a él con cuidado mientras el coronel cerraba la puerta tras de si.

-¿Ha ocurrido algo?

-Al ver como habías reaccionado cuando Richard nombró a tu primo y que él esperaba una compensación decidí investigar que era lo que realmente había hecho por ti- Le comentó sin soltar su mano- Si realmente se había hecho cargo de una deuda considerable, estaba dispuesto a darle cierta compensación.

-¡No! ¡No debes hacer eso! ¡Yo estuve trabajando sin descanso en su casa para pagar esa deuda!

-No te apures, no voy a pagarle ni un centavo- Le aseguró- No me hubiera importado darle algo, a pesar de que se aprovechara de ti cuando vivías en su casa, solo para que te dejara tranquila, pero resulta que no ha hecho absolutamente nada bueno por ti.

-¿Qué? ¿Eso que significa?

-Tómelo con calma, señora Darcy, es duro lo que va a escuchar- Le dijo el coronel, esperando que la dama fuera tan fuerte como parecía.

-Te prometo que todo cuanto voy a contarte es real, tengo documentos que así lo certifican- Ella asintió, sudando de nerviosismo- Cuando tu esposo falleció, dejándote con una cantidad de deudas realmente increíble, y algunas de ellas despreciables, y después de que tú acudieras a tu primo para no verte en la calle, llegaron sus manos todas esas deudas que he comentado, y el muy indeseable no pagó ni una sola.

-Eso es imposible- Dijo palideciendo- Yo nunca vi los documentos de las deudas de George, pero si vi los papeles con las firmas en los que decían que estaban saldadas.

Matrimonio con hijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora