2º Injusticias de la vida
El resto de la tarde, Lizzy lo pasó junto a sus hijos en aquella estancia, no salió para nada, ni tan siquiera para cenar, antes de que nadie le dijera nada, había bajado con sus dos niños a las cocinas y, sorprendiendo a la cocinera y a las dos chicas que la ayudaban, y había preparado una cena adecuada para los dos pequeños.
Cuando se disponía a preparar la suya también, la cocinera le había indicado que ya tenía la cena casi preparada, así que muy amablemente y con una sonrisa, Lizzy había solicitado que se lo subieran a sus aposentos mientras alimentaba a los gemelos, y sin replicar, aquellas mujeres obedecieron.
No sabía si a su esposo le había molestado o no que se quedara en su habitación para la cena, pero poco le importaba, no pensaba dejar a sus hijos sin supervisión, y tenía intención de mantenerlos fuera de la vista de aquel hombre tanto como pudiera.
Cuando los dos niños estuvieron ya acostados después de la cena y ella ya se había colocado el camisón para pasar la noche, unos golpes sonaron en la puerta. Extrañada, dio permiso para entrar, ingresando en la estancia la señora Reynolds.
-¿Ocurre algo?- Preguntó sorprendida de encontrarla allí.
-El señor me ha pedido que me quede aquí con los niños mientras usted va a verle.
-¿Mientras voy a verle?- Elizabeth palideció al ver que realmente pretendía yacer con ella.
-Eso me ha dicho- La mujer vio auténtico pánico en el rostro de aquella mujer, que no parecía el monstruo que les había descrito su patrón antes de que llegara. Compadeciéndose de ella, se acercó a su lado y le tomó las manos- Cuando esté con él, imagine que está en otra parte- Lizzy la miró sin comprender- Sé para que le ha pedido el señor que vaya, y no es justo que tenga que hacerlo en contra de su voluntad, lo sé, pero poco podemos hacer las mujeres ante eso- Elizabeth derramó una pequeña lágrima- Usted no se preocupe, simplemente quédese quieta y déjele hacer lo que tenga que hacer mientras se imagina que está en algún otro lugar, así acabará pronto y podrá volver aquí, junto a sus hijos.
-No sé si seré capaz de hacerlo- Se lamentó- Dejar que alguien a quien no respeto y que me odia me toque de esa manera...
-La comprendo, señora Darcy, créame cuando le digo que sé como se siente, y por experiencia le digo que, cuanto menos se resista será mejor para usted.
-Gracias por su consejo.
-No tiene porqué darlas, ahora vaya con él- La anciana mujer la vio salir, sintiendo en su pecho una opresión al permitir algo así.
Ella conocía a su patrón, sabía que era un buen hombre al que la vida le había quitado su mayor tesoro, aunque ese tesoro no fuera como él creía. Dando un sonoro suspiro, se acercó a las dos cunas que había, colocó una silla entre ellas y se acomodó, deseando que la madre de aquellas criaturas siguiera su consejo y volviera pronto.
Lizzy caminó con mucho nerviosismo a los aposentos del que ahora era su esposo, cuando estuvo ante el umbral tomó aire y llamó con decisión, sabía que debía hacerlo, por sus hijos, así que se armó de valor.
ESTÁS LEYENDO
Matrimonio con hijos
Hayran KurguTras la muerte de su esposa, Darcy solo tiene cabeza para los negocios y para tener controlada a su hija de seis años. Se le ofrece la oportunidad de desposarse con la viuda de su mayor enemigo, George Wickham, y pensando en vengarse de él, decide a...