Tom Mot

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En el colegio me está yendo pésimo. Siento que estoy perdiendo una parte fundamental de mi vida en esto, y la verdad es que no quiero...Bueno, una idea que debo sacar de mi mente, a madre no le gustaría. En el recreo salgo a fumar, tres cigarrillos de una, a veces son cuatro, yo no sé porque lo hago, me rejada un poco. Hay una chica guapa en la clase de electivo y me sonríe a veces, yo creo que puedo gustarle pero no sé. No soy bueno en esto, no soy bueno en nada en realidad. Por eso cuando veo a Javo acercándose a mí pongo cara de idiota, como si no hubiera gastado los 10 minutos de receso en meterme veneno al cuerpo, pero él debe saberlo, o no, me da igual.

Se sienta a hablar a mi lado, creo que me habla a mí, pero yo trato de no escucharlo. Habla de Football y el equipo de mierda que le gusta. Y no entiendo como termine teniendo un amigo tan tonto para ver como la pelota va y viene y me habla de una chica que tiene tetas, y que su madre piensa que un intercambio sería sensacional, porque este país esta fallado y nosotros, gente como nosotros, como él y yo no deberíamos quedarnos por aquí. Y estoy a punto de pararme, porque lo único que puedo pensar es en Jake, Jake el hijo perfecto y como todo lo mío parece mierda. Soy como una mancha en la cocina que no se puede limpiar.

-Te estoy diciendo si quieres venir hoy.-Murmura Javo, y yo vuelvo a la realidad.

-¿A dónde?-Pregunto.

-A la fiesta en la casa de Jimmy. Habrá universitarios, y ya sabes cómo eso nos beneficia a nosotros. El próximo año nosotros seremos los universitarios.

Suspiro, quizás no sea tan mala idea. Quizás solo estoy sufriendo estrés, que a todo el mundo debe pasarle cuando está a punto de salir del colegio. Es esa mierda de tener que escoger tan rápido, algo para toda la vida.

Y que mi familia escogió por mí desde el día que nací.

He vuelto al tema de mi familia. Asiento lentamente con la cabeza, y sacó el cuarto cigarrillo de la caja.

-Bueno, me daré una vuelta.-Murmuró.

-Va a estar Lynn.-Murmura, mientras salta la cuneta, un truco barato que aprendimos cuando teníamos 14 años.

-¿Y qué?-Murmuro, sin captarlo. Quizás no había sido tan buena idea, mis padres no sabían que me había ido de casa, y mañana tenía examen y si no me sacaba arriba de un 6 me vería en graves problemas.

-¿Y qué? Siempre le has gustado, es eso.-Se baja de su skate y se acerca a mí, moviéndome las cejas. Me hecho para un lado quitándomelo de encima. Javo era el guapo para las chicas, yo, yo solo era yo. Por eso él siempre estaba ahí, jodiendo y jodiendo con el tema, que me perdía esto, que me perdía de esto.

Pero la realidad es que yo no estaba demasiado interesado aún. La verdad es que no tenía mucho tiempo, los estudios me consumían. Quizás en estas vacaciones... Quién sabe. Pero no sería con Lynn ni otra de sus amigas. Yo necesitaba a alguien que no hablaba todo el día de maquillaje, o que no me obligara a consumir menos carne, no, no.

La verdad es que fue una velada bastante buena, hasta que paso lo que paso. El ambiente era bastante fiesta americana, había cervezas y buena música. Me senté con Javo y otros par de amigos a jugar al nunca-nunca pero mientras la noche avanzaba me sentía un poco.... ¿Raro?

-Aquí no sé puede crecer.-Javo estaba parado cerveza en mano, siendo él.-Está ciudad es para marginados, no para nosotros. Nosotros pertenecemos a ciudades como Londres, Los ángeles o Paris. No llenos de vagabundos sin futuro que además de oscurecer nuestros paisajes, quieren que les des tu dinero a base de lastima. Nuestras viviendas están rodeadas de pobreza, no es la culpa de mis padres que se hayan quedado por aquí, les permitió hacer un montón de dinero, pero no señores. Yo no necesito hacerlo, no soporto tener que compartir esto con la basura. Yo merezco algo mejor, porque, digamos las cosas como lo son. Nosotros venimos con más oportunidad de ganar en esta vida.

Estaba completamente borracho, sí lo estaba. Una chica soltó una risita. Ni siquiera sé porque me asqueo eso, la piba ni siquiera tenía pinta de haber entendido alguna palabra de Javo, tenía pinta de querer tirárselo y de repente yo había dejado caer la cerveza al suelo, y la gente me miraba y me sentía acalorado, acalorado. Así que escape.

-Voy a tomar aire.-Murmuré, pero salí de la casa, y empecé a correr. A correr por las calles a las 2 de la mañana, correr porque quería correr, quería escapar de mi vida.

Era eso, ¿No? Era eso, no había otra razón aunque me pusiera escusas y escusas. Pare junto a un árbol, me hinque agarrándome las rodillas, cansado de tanto correr y de repente me pongo a llorar.

Yo no era igual que ellos, yo no era igual que Javo, yo no quería ser igual que mis padres.

Esa era la cuestión.

Un auto pasó y me toco la bocina. De un momento a otro le había sacado el dedo de al medio, y me sentaba en la acera para fumar otro cigarrillo.