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Tengo un rojo en matemáticas, pero me da igual. Me faltan 4 notas para cerrar el promedio oficial e irme a la chingada. Estoy seguro que me van a aceptar en esa universidad de locos rubios con plata. No necesito tanta formación, como madre piensa. Yo nací perfecto, cabrón. Yo nací listillo para la universidad, para los privilegios efímeros, yo soy más hijo de mi madre y padre que será alguna vez ese puto de Jake. Yo soy la viva imagen de mi madre y de mi padre. Nací listo para esto.

El receso la paso fumando como siempre, ya es costumbre. Esta vez pienso que debería escaparme, ir a buscar a Laura y a Alison. Quizás a Alison le gustaría que la lleve a ese departamento. Quizás a Alison le gustaría que la follara. Quién sabe.

Javo se me acerca. Desde la fiesta a la cual escape, no he vuelto salir con él. En clases cruce palabras, pero no lo quiero cerca. Me enferma. Me enferma todos los tipos como él. Yo no soy como él.

Me apartó un poco cuando se sienta a mi lado. Concentrado en no sé cuál cigarrillo ya.

-Hey, tío. Te estoy hablando.-Dice él, y como no respondo, me quita el cigarrillo.

Me vuelvo hacia él, enojado y trato de quitárselo pero él weón se lo está fumando.

No sé cómo pude ser amigo de este tipo. Muy adentro mío nunca me cayó bien, pero era un privilegio ser su mejor amigo, con su gran reputación nadie ha tratado de tocarme. Todos me tienen un poco de respeto, supongo que somos amigos por clases sociales, nada más. No es un Machuca ni nada por el estilo, tío.

-¿Qué pasa tío? En serio. Estás raro.-Suelta él. Y yo me voy. Lo pateo y salgó del patio. Ni ahí con él, ni ahí con el cigarrillo. No puedo creer que él tío ese de Javo salió como idéntico a sus papis, no entiendo como todo el curso, el colegio de mierda salió igual que sus papis, ¿Acaso soy el único que se da cuenta de la puta realidad de esta ciudad? Se está cayendo en pedazos, por pringaos como Javo. Los yanquis no tienen nada que ver con el deterioro del distrito, nada. La culpa, toda la culpa la tienen gente en el poder, no sé, tío, no sé, la tele, los políticos, que se yo. No me importa. Yo no quiero vivir sobre la vida de otra persona y hacer como si estuviera bien, como si no me importara. Ver como los demás viven la miseria misma y yo tengo zapatillas caras todos los meses me enferma, me pone malo. Los amigos de Laura, esos pringaos de mierda, no son la basurilla de la ciudad, son los afectados de toda la mierda de la desigualdad y eso. No sé explicarlo, no sé, no sé. No sé, solo recuerdo esa mierda que dijo el pelinegro ese, cuando yo estaba súper ido la mierda de que éramos un pueblo extraviado o algo así. No tengo ni idea, y me cabreo por eso. Soy el hijo de mis papis, y no tengo ni idea de nada de este mundo, así que me saltó la reja del colegio y echó a andar por la calle. Voy a la casa de Laura, pero la maldita no está, y cuando estoy subiendo a la ventana del baño por el tubo ese, el tío Bob sale a regar las plantas que tiene en el jardín y debo escapar como un preso, y estoy seguro que el tío Bob me ha visto.

-¿Tom?-Pregunta, pero yo estoy ya lejos, corriendo calle abajo. Y me dan ganas de decirle al mierda ese que ya no es Tom, sí que es Mot, porque Tom es de Thomas, un nombre asqueroso que me puso mi madre, una mujer que me quiere por deber, pero siempre me ha mirado menos por culpa de mi hermano. Y Mot es mi verdadero nombre, lo descubrió Laura el día en que chute por primera vez, es mi verdadero yo, él Mot que mi madre tanto quería matar.

Pero conchetumare, me vieron. Mi madre va a saber que escape del colegio, lo peor es que fui a ver a Laura. Tendré que mentir, pero ya se me va a ocurrir algo. Siempre se me ocurre algo. Si no está Laura, iré a ver a esos capullos solo, qué más da, ya no me importa.

Mi mente empieza a divagar de nuevo y lo único que quiero es callarla. 

Tom MotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora