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-¿Te gusta, maricón? ¿Eh, te gusta? Me decían.

-¿Y denunciaste?

Mike se ríe en mi cara.

-¿Qué crees que pasaría, tío? ¿Alguien me creería? ¿Crees que alguien me creería con esta pinta que tengo?

No. No le creerían, estoy seguro. Y miro para otro lado, mientras Mike está en su labor. Me da vergüenza, ser como soy. La vida que me toco me da vergüenza, el tío tiene la nariz partida, aún está hinchada, pero su cara no transmite ninguna emoción cuando me cuenta porque la tiene así. Me entretengo mirando la pared, me sé de memoria todo el procedimiento ya.

-¿Dónde están los otros?-Pregunto, tratando de que el silencio no me coma. El cabello aun me molestaba algo, y eso que habían pasado días ya.

-No lo sé, no es mi puto problema.-Dice él.-Este es mi departamento, que los demás se vayan a la mierda.

Me paro, levantando una ceja mientras él dice eso, y tomo unas hojas sueltas que estaban arriba del sofá. Por puro aburrimiento, las leo y me encuentro con una historia bastante triste de un señor alcohólico quien tenía un hijo gay.

-Hey, Tom.-Me llamo el Mike.-TOM.-Exclamo fuerte. Yo lo miré. Todo estaba listo, así que deje las hojas de vuelta al sofá y me fui a sentar con él. Yo mismo me arremangué la manga y me apreté el cinturón.

-¿Eres totalmente gay?-Le pregunte. No me respondió, me miro con el ceño fruncido, antes de clavarme la aguja. Yo estaba seguro que las hojas las había escrito él y hablan de él y quizás de su vida. Quien sabe de dónde vino, solo estoy seguro de una cosa y es que este tío no es de una casa como la mía. El muy puto me metió un poco de la sustancia, y luego tiro en vez de empujar, como esas veces que uno choca con el vidrio por tirar en vez de empujar, sacándome algo de sangre el muy puto.

-Me caen muy mal los pacos, en serio tío. Creo que solo protegen lo que les conviene.

Era verdad. Ósea, ya no tenía demasiada esperanza con ellos desde los químicos y los laxantes.

-El mundo va arder cuando la policía se dé cuenta que también forma parte del pueblo.-Contesto él, como excusándose. Luego me lo metió todo. 

Tom MotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora