Estudio de besos «KookTae» ©

Solo por trabajo

🎬🐯🐰

—Quiero que hagamos un estudio de besos.

Jungkook bajó el guion que repasaba para mirar al hombre peli-gris que tenía en frente, y enarcó una ceja.

—¿Ah? —respondió, totalmente desconcertado, pero con los residuos de la irritación de la última pelea que había tenido junto al otro hombre hacía tan solo media hora. Esta tenía que ser otra de sus idioteces para enojarlo. ¿Por qué no lo dejaba en paz? ¿No le fastidiaba lo suficiente equivocándose tanto en el set de grabación? —¿De qué hablas ahora? ¿Un estudio de besos?

El hombre peligris, sosteniendo en su puño el paño húmedo con el que se había quitado el maquillaje del rostro, el que tapaba sus escasas imperfecciones para la cámara, lo miró con una extraña determinación en los ojos y asintió con la cabeza.

—Sé que no te agrado. Y estoy seguro de que me desquicias, pero estoy aquí para trabajar. —le explicó, como si eso justificara su extraña idea—. Entiendo que me trabo al hablar y que debo mejorar al hablar, eso lo solucionaré, el director ya me lo advirtió, pero está la escena del beso que-

—¿Que completamente arruinaste 5 veces? —terminó Jungkook su oración, odioso, ese idiota. Vio como Taehyung, el actor galardonado Kim Taehyung, apretaba la mandíbula con odio. Ambos se habían visto, al pasar de los años, incontables veces recibir premios por sus actuaciones. Había sido, para Jeon Jungkook, una decepción ver, en esta película donde actuaban a una pareja que huía de la ley, que su actuación fuera tan mediocre. No era solamente por las escenas de besos (donde el hombre no había podido estar más que tenso y no logró transmitir ninguna sensación romántica) sino también los diálogos en general. ¿Cómo podía un hombre con más de 10 años de experiencia en el mundo de las cámaras cometer tantos errores?

—Sí. Esa. Deja de recriminarlo. Deja de ser un culo. —y ahí estaba, el motivo por el cual era tan difícil trabajar juntos. Kim Taehyung jodidamente no toleraba al estúpido egocéntrico de Jeon Jungkook. Él había sido bueno en su trabajo hasta que se había topado con él. Su actuación estaba bien, ese no era el problema. El problema era que una vez la cámara se alejaba de su cara, el verdadero monstruo que era salía a luz.

Jeon Jungkook era quizá el hombre más arrogante y quejumbroso que había conocido en su vida. No perdonaba ningún error, y lo trataba de la peor manera. Que tuviera que trabajar con él era un completo desastre. Era su culpa que estuviera tan tenso en el momento de ser tocado o besado por él; Jungkook no era reactivo a su persona, tampoco. Besarlo había resultado jodidamente extraño.

No entendía cómo había mantenido una relación de años con un modelo de las marcas más importantes de Corea. ¿Park Jimin, se llamaba el pobre mortal que tenía que convivir con él? Dios, le tenía lástima. ¿Quién podía relajarse alrededor de una persona así?

Pero en fin, fuera o no fuera ese pelinegro un horrible y desagradable idiota, ellos tenían que hacer una película. Y por su actitud y su propia tensión no iban a arruinarlo.

—Hablas realmente feo. —contraatacó Jungkook, mirándolo como si fuera un burdo escarabajo de basura—. Si vas a pedirme algo, por más patético que sea, pídelo amablemente.

La vena de la frente de Taehyung se brotó. —No es patet- ugh. Mira, no vine aquí a ser tu amigo, ni a ser lindo contigo. No te debo una mierda. Quiero hacer bien mi trabajo. —le dijo, en medio del camarín, levantándose de su silla, y arrastrándola hasta el sillón donde Jungkook estudiaba sus líneas para la grabación del día siguiente. En el set de grabación sólo debían quedar ellos, y quizás alguno que otro trabajador. Jungkook amplió sus ojos al verlo acercarse—. ¿Puedes hacerle un favor a tu colega, del que tu trabajo también depende, y ensayar un beso?