Capítulo 62. ¡Felicidades! (Parte 2)

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- ¡Felicidades! -nada más abrir la puerta del bar de Ricky me vi sorprendida por aquel estruendo en forma de grito conjunto. No sabría decir cuánta gente había pero vi personas y globos por todos sitios y no sabía ni dónde mirar.

- ¿Qué coño? -dije llevándome las manos a la boca- ¡Estáis locos! -reaccioné aún desde la puerta del bar intentando asimilar lo que estaba pasando allí dentro.

- Felicidades Mimi -vino Ricky, el que estaba más cerca de la puerta, hasta mi para darme un sincero abrazo que agradecí infinitamente en aquellos momentos.

- ¿Pero qué habéis hecho? -le dije aún agarrada a sus brazos. Estaba alucinando con todo aquello, realmente no me lo esperaba para nada, es más, estaba algo triste por que Ana se había marchado escopetada de casa, lo cual me había parecido extraño, pero no llegué a atar cabos- Ana eres una cabrona -dije cuando me solté de Ricky- Ven aquí -continué abriendo mis brazos para darle un abrazo.

- Pero soy tu cabrona -me susurró al oído mientras nos fundíamos en un abrazo que me hizo derramar un par de lágrimas.

- Venga Mimi no me jodas que ya vas a llorar -me gritó Ricky observando la escena.

- ¿Y tu? -le dije a la pequeña Mía- ¿tú sabías esto?

- Claro -dijo la pequeña asintiendo- ¿Lo he hecho bien mami? -le preguntó a su madre.

- ¿Te lo esperabas? -me preguntó Ana.

- Para nada, si es que soy una empanada -respondí- Vaya dos actrices estáis hechas ¿eh? -dije riendo.

Necesité cerca de media hora y muchos pañuelos para secar mis lágrimas y para poder saludar a toda la gente que había allí. Amigos de toda la vida y amigos  que había hecho por el camino, en definitiva, mi familia escogida, desde mis bailarinas, mis compañeros de curro, compañeros de profesión, gente con la cuál había compartido un pedacito de mi y de mi vida, hasta la mujer de mi vida, estaban todos allí, o por lo menos eso es lo que yo pensaba. Era perfecto, ni en mis mejores sueños había pensado en lograr juntar a tanta gente querida, no podía ni imaginar las horas que habían echado en todo aquello, porque además, estaba todo super bien decorado y al detalle.

- Dame algo para beber -le dije a Ricky acercándome a la barra y sentándome en un taburete- Dios mío pero que de gente -comenté.

- Mimi Mimi, ¿te ha gustado? -vino Mía corriendo hacía mi.

- Me ha encantado -le respondí con una gran sonrisa.

- ¿Te gustan los globos? -me preguntó a lo que asentí, estaba acalorada y apenas tenía aliento para hablar- Los he escogido yo -me explicó ilusionada.

- Toma -dijo Ricky dejando una Coca-Cola en la barra, a la cual le pegué un enorme trago en un abrir y cerrar de ojos.

- ¿Me das un poquito? -me preguntó Mía poniéndome ojitos.

- Ven -dije cogiéndola en brazos y sentándola en mi regazo- No sé lo digas a mamá -le advertí dándole un trago de la bebida.

- Mimi -interrumpió la voz de Ana detrás de mí.

- No estaba bebiendo Coca-Cola eh mami -dijo la pequeña intentando disimular. Ana rodó los ojos, pues era evidente que nos había pillado, pero le dió igual.

- ¿Que tal? ¿Te ha gustado esto que hemos hecho? Sé que no es mucho pero... pensé que te podría alegrar el día.

- ¿Como? ¿Qué no es mucho? No seas tonta Ana, esto es increíble. Es el mejor regalo que me han hecho en toda mi vida.

- ¿De verdad? -dijo Ana con los ojos humedecidos.

- Ven aquí -dije dándole un beso en los labios- De verdad, el mejor regalo, no podría pensar en algo mejor.

Tiempo Perdido | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora