Capítulo 43. Mimi

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Era una tarde normal en la que me apetecía descansar. Llevaba unos días un poco locos detrás de la promoción del concierto y se me iban las mañanas en los ensayos. Y cuando llegaba la tarde todo era una carrera para conseguir llegar a todo lo que tenía que hacer, es por eso que ese día me permití descansar y no hacer nada, y lo mismo fue para Mía que estaba encantada en poder ver la tele tanto tiempo cuanto quisiese.

- Mami, ¿con quién hablas? -me preguntó Mía que estaba sentada en el sofá, a mi lado, mirando los dibujos animados.

- Nada, cosas del trabajo -le dije sin darle más explicaciones- ¿Pasa algo? -dije dejando el móvil un segundo para observarla.

- No me gusta que me mientas -me dijo Mía decepcionada.

- ¿Que dices mi amor?

- Estás hablando con Mimi, ¿verdad? -rodé los ojos.

- Perdóname, ya dejo el móvil -dije apartando el aparato de mi vista definitivamente siendo consciente de que tal vez, en las últimas semanas estaba abusando de su uso y prestándole menos atención a la pequeña.

- Cuándo hablas con ella le sonríes al móvil -dijo riendo.

- Que boba eres hija -respondí- Anda, para esto un rato -dije refiriéndome a la tele- que me duele la cabeza de escucharlo -Mía obedeció y cerró el televisor.

- Me gusta.

- ¿El que?

- Mimi

- Te cae muy bien, ¿verdad? -le pregunté.

- Sí, pero digo que me gusta que sea tu nueva novia -me aclaró la pequeña.

- ¿Por que hace todo lo que tu quieres? ¿Verdad hija? Si yo ya lo sé... -dije calándola al instante.

- También, pero me gusta más ella que papá. No te enfades pero es que tu no sonreías así con papá y él no te miraba como te mira Mimi -me dijo la pequeña- Estás enamorada de ella, como en las películas -continuó diciendo con una risa traviesa.

- No me enfado hija, no me enfado -respondí suspirando. Ya decidí, hace tiempo, que no iba a perder más el tiempo defendiendo lo indefendible e intentando cubrir a aquel personaje que no había hecho nada por Mía. Ella ya lo sabía todo y lo había ido digiriendo poco a poco y aunque Mía ya hablase de eso con naturalidad para mí aún era un tema del que me costaba hablar con ella- Lo echas de menos, ¿no?

- Sí, pero solo un poco -me respondió- y ya no estoy triste -dijo haciendo una sonrisa de oreja a oreja- Y aunque Mimi no vaya a ser mi mamá la prefiero a ella porque yo creo que me quiere un poco.

- Un poco -dije riendo- Un poco mucho, ¿no?

- Bueno, yo la quiero mucho, casi tanto como tu -me confesó- Además que a ella le gusta mi pelo, mis vestidos, mis ponis y mi habitación -continuó- ¿Sabes qué?

- Dime hija -dije esperando que dijese cualquiera de sus ocurrencias.

- Creo que Mimi sería buena mamá, casi tanto como tú. Porque tu eres la mejor del mundo -que Mía me dijese esas cosas tan tiernas me ponían al borde del llanto, porque si, era un poco dramas y todo lo que viniese de ella me emocionaba, pero intenté guardar la compostura.

- ¿Sí?

- Sí, podéis tener un bebé -soltó sin pensarlo- Yo os ayudo a cuidarlo.

- Mía...

- Jo mamá porque nunca quieres otro bebé yo siempre he querido un hermanito. Además que Mimi no tiene hijos y eso es un rollo segura que ella quiere uno -dijo muy segura.

- Tendrás que convencerla a ella, ya sabes mi respuesta -le dije para zanjar el tema, pues me había pedido muchas veces tener un hermano, pero yo siempre fui de las que pensaba que con una era más que suficiente así que ni siquiera me lo llegué a plantear.

- Pues que no, como casi todo -dijo quejándose- ¿Y cuándo vamos a ir a Tenerife? -suspiré al no saber que responder a esa pregunta- ¿No vamos a ir más? -dijo al percatarse de mi reacción a esa pregunta.

- Sí, si vamos a ir, pero aún no se cuándo.

- ¿Es por que no tenemos dinero?

- No es eso Mía, pero no te puedes saltar el colegio y no vamos a ir para un fin de semana, ¿no?

- O sí, ¿por que no?

- Tenemos que ir más días -dije intentándole convencer.

- ¿En Semana Santa?

- No pude ser en Semana Santa Mía, mamá tiene el concierto, ¿te acuerdas?

- Pero ¿no era el primer día de vacaciones? Podemos ir, tenemos más de una semana -dijo insistente. Pues a la pequeña no se le escapaba ni una y era imposible engañarla, por pequeña que fuese la mentira, ella siempre estaba pendiente para rebatirme.

- No puede ser Mía, en verano -dije definitivamente- Pero no te preocupes que el abuelo seguro que viene a vernos, ¿vale? -continué, sin saber del cierto si eso se iba a cumplir pero para contentarla.

- Es un rollo porque quiero ir a la playa -me confesó- pero si viene el abuelo es cómo ir a Tenerife pero sin la playa.

- ¿Entonces? ¿Trato? -Mía asintió.

- ¿Y no iremos de vacaciones este año? -continuó la pequeña.

- No lo sé aún Mía, es pronto.

- Pero para Semana Santa no queda tanto mami, ¿no iremos a ningún sitio? -insistió. Me costaba un poco explicarle a Mía que ya no íbamos a llevar una vida lujosa como la de antes, donde podíamos ir a Disneyland, a Japón o a Nueva York, todos los años como el que va a pasar el día en la sierra. Tengo que aceptar que, en ese aspecto, la había cagado, y la había malcriado a más no poder, pero ¿qué iba a hacer cuando teníamos tanto dinero en el banco?, yo solo quería que fuese feliz pero ni yo sabía lo que era la felicidad.

- Lo pensaré ¿vale? -le dije sin darle una negativa de primeras- ¿Donde te gustaría ir?

- No muy lejos

- ¿Que no haya que ir en avión? -la pequeña asintió- Vale, ¿algo más?

- Que se pueda ir en bici y bañarse.

- Bueno, lo acepto. No pides mucho hoy... -pensé en voz alta.

- Bueno y comer un helado también -me pidió.

- No si... eso ya lo sabía hija.

- ¿Entonces? ¿Iremos de vacaciones? -preguntó Mía emocionada.

- Mami lo intentará, ¿vale? -le dije- pero no te prometo nada -le advertí.

- Pero tu eres la mejor, seguro que lo consigues -me dijo la pequeña para animarme.

- Anda ven y dame un abrazo -le dije a Mía que tan pronto como me escuchó se lanzó a mi cuerpo con los brazos abiertos.

- Te quiero mami

- Yo más

Tiempo Perdido | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora