Capítulo 58. Vacaciones en familia (Día 5)

1.3K 81 25
                                    

Me desperté de golpe. Había tenido una pesadilla. Ni siquiera podía recordar qué es lo que había sucedido en mi sueño, pero tenía el corazón agitado y estaba asustada y desconcertada. Me incorporé de inmediato y traté de recuperar el ritmo habitual de mi respiración, aunque en ese momento era algo complicado. ¿Que había sido eso? Hacía años que no me ocurría algo así.

- ¿Estás bien? -me preguntó Ana, algo asustada, que me observaba desde su lado de la cama, ya despierta, al ver el panorama.

- He tenido una pesadilla -le expliqué mientras intentaba recomponerme después del susto.

- ¿Mejor? -dijo tras acariciarme la espalda y apartarme el pelo de la cara.

- Sí -respondí con un hilo de voz.

- Seguro que es por lo de mañana -dijo Ana convencida- Serán los nervios, te pasa con eso ¿no?

- Me pasaba -la corregí- Hacía años que no me pasaba -le expliqué- Pensaba que lo había superado -dije algo decepcionada conmigo mismo. Lo cierto es que durante años había vivido un autentico horror en la cama, por algún motivo que aún desconozco, casi todas las noches me despertaba de madrugada con el terror en el cuerpo después de tener pesadillas, a cada cuál más horrible. Con el tiempo, me empezó a suceder con menos frecuencia, y en ese momento, hacía un par de años que no había tenido ni una sola pesadilla. Hacía tanto que ni siquiera recordaba como era despertarse con esa horrible sensación.

- Bueno... -dijo Ana intentándome quitar hierro al asunto y tendiéndome su mano- Que te haya pasado hoy no significa que te vuelva a ocurrir. Creo que es mejor que dejes de pensar en ello y despejes la mente. ¿No crees?

- Seguramente -dije levantándome de la cama- Voy al baño -continué en una excusa para poder estar sola unos instantes, pero Ana no era tonta y me siguió, pues no quería dejarme sola. Abrí el grifo y me lavé la cara con agua bien fría para despejarme, me até el pelo en un moño y a continuación fui a mear- La confianza da asco ¿no crees? -le dije a Ana que me observaba mientras meaba, apoyada en el marco de la puerta, sin quitar la vista de mi ni un instante.

- Ahora me dirás que te molesta, te he visto cientos de veces Mimi -rodé los ojos e ignoré la respuesta de Ana. Lo único que me preocupaba en aquel momento era que ya llevaba mas de 10 días de retraso y aún no me había bajado la regla y no voy a negar, que ya me estaba empezando a obsesionar con aquello.

- ¿Vas a mear? -le dije antes de tirar la cadena. Esta me negó con la cabeza, así que tiré de la cadena y volvimos a la cama en silencio. 

- ¿Quieres? -me susurró muy cerca de los labios justo antes de besarme. Sabía qué Ana se había levantado con ganas de fiesta pero yo no estaba para eso en esos momentos.

- No me apetece -le respondí algo borde.

- ¿Estás bien? -me preguntó, pues era obvio que no lo estaba.

- Sí, solo que no me apetece -respondí de una forma aún más antipática.

- Me da igual esto -dijo Ana- Cuéntame, ¿qué pasa? ¿es por lo de la pesadilla? ¿O por lo del disco?

- No es nada de eso Ana, déjalo -continué intentándome aguantar las lágrimas.

- Joder Mimi... No entiendo nada, ¿por qué lloras? ¿He hecho algo mal? Perdóname si he sido muy directa, pensaba que querrías... -me dijo bastante preocupada.

- Perdón -dije recapacitando con lo que estaba haciendo. Estaba pagando mis movidas mentales con Ana y eso no me molaba ni un pelo así que rectifiqué de inmediato- No debería haberte respondido así -admití- Es que tengo miedo.

Tiempo Perdido | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora