Inesperado

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La noche era fresca y el viento soplaba su rostro mientras ella se dejaba llevar por las sensaciones que le causaban. Miles de pensamientos rondaban su mente, mayormente donde unos ojos verdes eran los protagonistas pero de pronto un aroma fresco y mentolado profano su nariz convirtiendo los ojos verdes en un tono azul claro como el cielo.

- Luka... - soltó en un suspiro.

- A sus órdenes - dijo una voz a su espalda logrando que la chica brincara del susto.

- ¡Luka! Me asustaste - le dio un pequeño golpe en el brazo lo cual causo risa en el chico.

- Lo siento cariño, juro que fue sin intención. Cabe decir que yo creía me habías visto o... ¿Pensabas en mí? - ante las palabras del chico enrojeció hasta la raíz lo que provoco en Viperion extremada ternura y la rodeo con sus brazos.

- No lo digas - Viperion soltó una carcajada y la miro a los ojos aun en sus brazos.

- ¿Porqué?

- Sabes que no me gusta - hizo un puchero involuntario que solo causo más risas por parte del chico.

- Te amo tanto Marimanette - tomó su rostro y la beso con infinito amor - ¿Cómo te fue hoy?

Marinette seguía sonrojada por las acciones del chico, era como si con la mirada pudiera desnudar su alma y dejar salir su verdadera personalidad. Pues Luka siempre la había visto como realmente era, él no la veía admirando e idealizando a Ladybug, o miraba únicamente el lado torpe e impulsivo de Marinette. No, Luka la amaba tal y cual era, con ambas partes de ella.

- Bien, Alya no me dejo descansar en todo el día, me llevaba corriendo de un lado al otro y no me dejo marcarte ni a mis padres - Luka reía por las expresiones de su novia.

Alya había cumplido con su cometido, si ella no la hubiera distraído todo el día seguramente le habría marcado y para ser sinceros no sabía si pudiera guardar el secreto. De hecho el estar ahí, frente a ella era difícil y si se le ocurría preguntar por su extraño comportamiento una vez más... bueno no estaba seguro que podría ocultar la verdad más.

- Esa Alya es todo un caso. Espero que no te haya dejado sin comer - había ocurrido que en diversas ocasiones que la energía de Alya mientras hacían compras o algún proyecto que tuviera su amiga en mente olvidaba todo, más de una vez dejo a Marinette casi morir de inanición debido a la desconexión con la realidad.

- No te preocupes, fuimos a comer pizza después de... - Marinette se puso extrañamente sería lo cual no pasó desapercibido por su novio - Bueno, después de saludar a Adrien...

Un silencio extraño y un poco incómodo reinó entre ambos, rompiendo por completo la atmósfera romántica que surgía cada que se encontraban juntos.

Aunque Luka era consciente de que los sentimientos de Marinette para con él eran sinceros también estaba al tanto del hecho que Adrien Agreste seguía significando demasiado para la chica de ojos azules. Y por más que quisiera ocultarlo era claro que aquel encuentro de la tarde había causado estragos en Marinette.

Por un momento se preguntó sí en esos minutos que se mantuvo en silencio mirándola tan pensativa era el rubio quien rondaba los pensamientos de la chica. Se regañó mentalmente por pensar en ella de esa forma, conocía a Marinette y nunca le había dado razones para desconfiar ni un poco de los sentimientos que le profesaba.

Trato de olvidarlo diciéndose que por algo lo había nombrado a él y no al rubio. Hizo el intento por sonreír despreocupado pero hasta el noto que fue mediocre, pero Marinette no se dio por enterada, lo cual agradeció.

- Vaya hace tiempo que no sabía de él. ¿Cómo está? - preguntó tomando asiento en el borde de la barandilla del balcón.

- Parece que bien, vino por asuntos de trabajo - la voz de Marinette sonaba un tanto monótona.

- Me alegro que pueda visitar Paris sin mayor problema, debe ser difícil cuando este lugar le trae muchos recuerdos malos. Es muy valiente de su parte.

Marinette miró directamente a sus ojos cuando lo escucho decir aquello y encontró justamente lo que pensó. En efecto, Luka era sincero con sus palabras, no había tono de burla o sarcasmo mucho menos algo de molestia o rencor.

Él chico siempre era amable y sincero, nunca lo había escuchado juzgar a alguien por su pasado o los errores cometidos. Decía que todos merecían una segunda oportunidad pues a él también se la habían dado. Aunque sabía que Luka no siempre había tenido un comportamiento intachable -pues tenía un pasado algo turbio- era justo por eso que se sentía enormemente orgullosa de la persona con un enorme corazón que era.

- ¿Lo invitaste a la fiesta? - No se había dado cuenta que se perdió en sus pensamientos con una sonrisa soñadora en sus labios, cosa que Luka no pasó desapercibida y le hizo sentir un hueco en pecho al pensar el motivo.

- Si, bueno en realidad fue Alya... - Luka levanto una ceja a modo de incredulidad - Preguntó por ti y le dije del éxito que estas teniendo, el comentó que le encantaría escucharte alguna vez y bueno Alya lo invito...

- Que bueno Mari, así tendrás a todos tus amigos el día de tu cumpleaños - le sonrió sinceramente provocando un calor en el pecho de la chica - Aunque me encanta pasar tiempo contigo Marimanette - dijo en tono de broma ganándose una mirada entre severa y divertida de la chica - tengo que patrullar las calles de Paris. Hoy le toca descansar a Ladybug.

- Claro que no, ni pienses que iras solo, no deja...

Luka bajo del barandal tomando el rostro de la chica entre sus manos para darle un beso lleno de ternura provocando el rápido palpitar de sus corazones.

- Ni así me harás desistir - susurro contra los labios del chico quien solo sonrió.

- Bien, pero solo porque te extrañe todo el día - y volvió a unir sus labios para después recorrer las calles del bello Paris tomados de las manos.

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Unos vivaces ojos verdes observaban la luna impregnados de esperanza, al siguiente día buscaría por todos los medios volverse a encontrar con Marinette y por fin de una vez por todas se sincerara declarando los sentimientos que por tanto tiempo había guardado.

La vida da segundas oportunidades y él aprovecharía la que le estaba ofreciendo en ese momento, no por nada se la encontró por casualidad ese día.

Lo sentía por Luka pero era la única oportunidad de ser feliz, de luchar por amor y lo lograría. Además tenía muchas ganas de hablar con un viejo amigo.

¿Por qué? Porque la amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora