Capítulo 08

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Nunca sé cómo debería reaccionar.

Nunca...

Los demás pueden hacerlo tan bien.

Pero yo no.

Aunque el resto puede reír y llorar como si nada...

A mí no me sale.


❄️


Bang y Lee se encontraban tranquilos, sentados en una de las barras que rodeaban la pequeña área de juegos en donde anteriormente se encontraban peleando. Después de que el rubio terminara de cantar ambos se quedaron en su típico silencio, pero más sin embargo no era un ambiente incómodo.

Estaban bebiendo café de la expendedora que estaba en ese lugar, mientras solamente veían la noche estrellada, pero el australiano decidió romper aquel silencio.

—¿Seguro que puedo?

Al pelinegro no se le dificultó saber de que hablaba Bang, por lo que rápidamente le respondió de una manera tranquila —¿Cuántas veces debo repetirlo?

Pasaron unos minutos en silencio, hasta que lo que tanto quería escuchar salió de los labios del rubio.

—Lo haré. Me uniré a la banda.

Minho lo observó atónito, ya que no creía lo que escuchaba, así que el australiano intercambió miradas con el otro y sonrió levemente —Será un placer.


[...]


—¡Minho, a cenar!

No hubo respuesta.

—Ese pedazo de inútil —susurro para ella misma mientras se dirigía a la habitación del mencionado —. Lee Minho, por un demonio, puedes pres... —detuvo su oración al ver aquella escena.

El piso de su cuarto estaba ridículamente desordenada. Con cientos de discos alrededor, las uñas para tocar la quitara esparcidas fuera de su caja y bolas de papel, pero lo que realmente le sorprendió, fue a ver a su hermano tocando de nuevo en su tiempo libre mientras parecía escribir algo. Sabía que Minho había abandonado un poco su interés por la música y solamente tocaba cuando iba al estudio, así que de verdad le extraño que volviera a sus viejos hábitos de repente. Misuk se había quedado parada en el marco de la puerta para finalmente llamar la atención del menor silenciosamente.

—¿Qué quieres ahora, Misuk?

—Tu... ¿Estás volviendo a escribir?

—¿Por qué te importaría?

Y Misuk explotó. Era la primera vez que mostraba interés en algo que hacía su hermano y este ni le respondía adecuadamente, por lo que mandó su amabilidad al demonio.

—Tienes razón, no me interesan las basuras como tú.

—¿Perdona?

—Ya baja a cenar, idiota —dijo mientras cerraba la puerta de un portazo.

Pero Lee Misuk era exageradamente curiosa, por lo que descubriría lo que sea que estuviese haciendo su hermano.

Given | minchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora