Capítulo 11

1.2K 190 113
                                    

—Minhooo —dijo Wooyoung alargando la última sílaba.

—Se murió otra vez —le respondió su novio.

—Pero dijo que hoy jugaría baloncesto...

Lee se encontraba dormido sobre su pupitre, de nuevo. Y para sus amigos, se había vuelto una costumbre bastante molesta.

Los dos chicos estaban intentando despertar al pelinegro cuando alguien se asomó a su salón, llamando la atención de Choi.

—Oh, es Chan —dijo mientras se acercaba al rubio —. Hola, ¿vienes por Minho?

—Si, pero al parecer está dormido de nuevo.

—¿Quieres que intente tirarle un libro en la cabeza para ver si despierta? —habló Wooyoung, ganándose un golpe de parte de su chico y la negativa de Bang.

—Así está bien, volveré luego.

—Entonces, ¿estás libre? ¿Quisieras jugar básquet con nosotros?

—¿Seguros que puedo? —preguntó penoso el extranjero.

—¡Claro que sí! Necesitamos gente.

—Pero si no quieres no hay problema —interrumpió Jung, quien terminó golpeado por segunda vez —. ¿Ahora qué dije?

—¿Vienes con nosotros? —dijo San ignorando las quejas de su novio.

—Claro —por fin respondió el rubio.

—¡Genial! Vayámonos ahora.

Entonces los tres chicos se fueron hacia el gimnasio, dejando solo a un muerto Lee, quien despertó unos minutos después.

—Diablos, me quedé dormido —se quejó.

Se levantó de su lugar junto a su guitarra, para así dirigirse a las escaleras donde se encontraba con Chris todos los días. Iba caminando mientras bostezaba, hasta que llegó al gimnasio, encontrándose con una sorpresa.

—¡Vamos, Chan!

Miró desde la puerta como un grupo de chicos jugaban básquet, y como ágilmente el rubio tomó el balón para luego saltar y lanzarlo, cayendo dentro de la canasta.

Nunca había visto al chico practicar un deporte, por lo que le sorprendió mucho. Verlo de esa manera, con finas gotas de sudor sobre su frente y con solo la playera de la escuela sin la chaqueta le provocó un extraño dolor en el estómago, pero que lo ignoró ya que esa mañana no había desayunado. Pero aquel malestar y ahora junto a un sonrojo apareció de nuevo en él al ver aquella escena.

Christopher estaba sonriendo mientras recibía halagos por aquel punto que anotó.

Nunca antes lo había visto sonreír ampliamente, así que observó detalladamente aquel raro suceso, notando al instante que el australiano tenía un pequeño y tierno hoyuelo en su mejilla mientras que sus ojos se achicaban un poco, dejando a la vista unas cuantas arrugas que lo hacían lucir más pequeño de lo que aparentaba.

Estaba tan metido en su mundo observándolo que no se percató de que aquel chico notó su presencia, corriendo hacia él inmediatamente.

—Minho, despertaste —le saludó mientras tomaba agua.

Mierda, se ve bien tomando agua...

Given | minchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora