Capítulo 17

1K 190 58
                                    

Lee Felix no se entromete...

Porque no le ve el sentido.

Lee Felix busca perdón.

No le importa quién se lo dé...

Solo quiere perdón.

Así que ahí estaba, fuera del departamento de cierto australiano, cubriéndose con su sombrilla en ese día lluvioso, haciendo que luciera aún más solitario. Con su celular en mano, esperaba que Bang le respondiera los mensajes, pero al ver que no lo hacía, lanzó pequeñas piedras a su ventana, y hartándose de la nula atención del otro rubio, por fin lo llamó.

Y no fue hasta el décimo octavo timbre que recibió una respuesta.

—¿Hola?

—Chan, hola. Sal un rato conmigo.

Pasaron un par de minutos hasta que los dos australianos se encontraran, dirigiéndose a una cabaña cercana para refugiarse de la lluvia para hablar. Lee se sentó en la banca mientras Bang se quedó parado frente a él, con la mirada agachada hacia el suelo, hasta que habló primero.

—¿Por qué ahora? ¿Siquiera te importo? Te mantuviste al margen todo este tiempo —soltó fríamente Christopher.

Mirándolo un poco nervioso, respondió —Es cierto, nunca hice nada, ni cuando comenzaste a salir con Juwon. Yo lo sabía todo, pero nunca dije nada. Y ahora me arrepiento... Sé cómo te sientes, pero-

—¡Tu no sabes cómo me siento!

Ambos se mantuvieron la mirada por segundos que parecieron horas, el pecoso desconcertado por la reacción del otro chico ya que casi nunca gritaba y Bang molesto por su lado.

—Tienes razón, no lo sé, y me arrepiento de eso también —se limitó a responder.

Lee Felix busca perdón.

No le importa quién se lo dé...

Solo quiere perdón.

Felix había nacido en Australia, pero a la edad de dos años su familia se mudó a Corea, por lo que había crecido con esa cultura. Así que como un buen niño coreano, acompañó a su madre a visitar a sus nuevos vecinos en cuanto llegaron, quedando maravillado por el otro chico el cual inmediatamente se convirtió en su "hermano australiano". Después de un par de meses conocieron a Juwon, estableciendo una amistad al instante para que finalmente se les uniera Seungmin.

Los cuatro vivían en el mismo vecindario y estudiaron juntos, por lo que su mundo se reducía solamente en ellos, que a su vez, también se reducía al mundo solamente de Juwon y Chan, los cuales eran hijos de madres solteras. A ambos les faltaba algo, así que era como si uno tuviera lo que el otro necesitaba. Juwon necesitaba a Chan, y Chan necesitaba a Juwon.

O al menos así lo veía Lee al estar junto a ellos.

Kang era popular, dominante y de humor cambiante. Bang era dócil, introvertido y tranquilo. Mientras todo el mundo se preguntaba el por qué se llevaban tan bien, él los veía como polos opuestos de un imán que se atraen.

Al pasar a preparatoria, todos estudiaron en diferentes escuelas, pero Juwon, Seungmin y Lee habían comenzado una banda. Apareciendo finalmente una grieta en su amistad.

Cuando Juwon comenzó a trabajar para pagar el estudio mientras que el resto de su tiempo se la pasaba ensayando, inevitablemente dejó a un lado a Bang.

La pareja perfecta entonces discutió.

Fue una pelea sin sentido, una tontería como la que todo el mundo ha experimentado alguna vez. Pensando que con el tiempo las cosas se arreglarían, aunque no pasó de esa manera exactamente.

Dos días después, aunque Juwon no soportaba el alcohol, bebió muchísimo.

Y entonces Chan lo encontró, colgado inerte en su cuarto.

—Lo sabía todo. Y pese a saberlo, yo... —para ese momento, Felix ya tenía escondida su cara entre sus manos, peleando con todas sus fuerzas para no llorar en ese instante. Iba a continuar hasta que sintió como alguien se sentaba a su lado, para luego escucharlo hablar.

—Tocaremos el domingo.

Levantando su mirada, respondió atónito —¿Puedo ir?

—Sí.

—¿Puedo llevar a Seungmin?

—Llévalo —tomó una pausa y continuó —. Me desquité contigo. Hace poco dije que no sabías cómo me sentía, pero... La verdad es que soy yo el que menos lo sabe. No quería encarar mis sentimientos, así que los evité.

Lo siguiente que el rubio sintió fue un golpe en la cabeza de parte de Lee, así que lo miró para encontrar la razón por la que recibió aquella respuesta, encontrándose con la sincera sonrisa del otro que no había visto en mucho tiempo.

—Qué tonto —le dijo Felix en tono burlón.

Lee se levantó de su asiento y extendió su paraguas, avisando en un gesto silencioso que ya se iría.

—Llámame un día de estos, tarado.

—Sí.

El pecoso comenzó a caminar, hasta que la voz de Bang lo hizo detenerse al momento, sujetando con aún más fuerza su paraguas.

—Gracias —susurró Bang.

Agitó su mano en forma de despedida, tomando su camino de nuevo ahora con lágrimas en sus ojos, dejando atrás a su viejo amigo.

Lee Felix busca perdón.

No le importa quién se lo dé...

Solo quiere perdón.

Pero más que nada...

Quiere el perdón de Bang Chan.

Given | minchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora