Capítulo 13

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Era fin de semana.

Ese día no tendrían práctica por la tarde, por lo que tendría aún más tiempo de pensar en qué tipo de palabras quería escribir, qué era lo que quería transmitir, qué era lo que quería gritarle al mundo.

Christopher Bang llevaba días intentando escribir la letra para su nueva canción, hasta que contó cuarenta y dos bolas de papel tiradas alrededor de su cuarto, optando en ese momento por usar las notas de su celular, porque sino a ese paso terminaría acabándose sus libretas para la escuela también.

Harto de su poca imaginación y de la soledad de su cuarto, tomó su guitarra y se puso sus zapatos, saliendo así de su departamento.

Era un día bastante fresco y soleado, ideal para divagar por las calles de su pequeña ciudad, así que pensó en recorrer un poco su pasado.

Su primera parada fue su antigua secundaria.


—Ah, Chris, no te vayas a ir sin mi —le gritó mientras corría hacia él, abrazándolo por los hombros.

—No me iba a ir, solo te iba a esperar en la entrada.

—Ya veo, pequeño. Ahora vayamos a casa.


Siguió caminando sin pensar realmente, hasta que su segunda parada fue un pequeño barrio tranquilo, constituido por casas de un solo piso y jardines coloridos, viendo como un par de niños jugaban alegremente.


—Buenos días, señora Bang. ¿Está Chris aquí? —preguntó un pequeño pecoso sujetando la mano de otro niño serio después de tocar la puerta de la casa de su amigo.

—Está con Juwonnie en su cuarto, pasen —respondió la mujer mientras abría más la puerta para que los dos pequeños entraran.

Felix corrió hacia la habitación de su amigo-hermano australiano sin soltar la mano de Seungmin en ningún momento, sabiéndose el camino de memoria.

Al llegar solo abrieron la puerta sin golpear antes, saludando enérgicamente a los dos chicos que se encontraban jugando con Legos.

—¡Lixie, Minnie, vinieron! —gritó el pelinegro, comenzando a jugar los cuatro inmediatamente.


Siguió recorriendo los alrededores con una sonrisa nostálgica, hasta que incondicionalmente llegó a aquel árbol en donde todo había comenzado.


—Hey, ¿quién eres?

Un Bang de sólo cuatro años guardó silencio, había estado sentado solo bajo aquel gran árbol que quedaba cerca de su casa, aún atemorizado de soltar sus piernas que estaban sobre su pecho, acurrucándose aún más en su lugar.

—¿No hablas? Está bien —dijo el de tez pálida, para continuar jugando con su avioncito de juguete, alejándose lentamente, hasta que un susurro lo detuvo en su lugar.

—Si hablo...

—¿Cómo te llamas?

—Christopher...

—Yo me llamo Juwon, ¿qué haces aquí solito? —preguntó mientras se sentaba al lado de él.

—Mi papá le pegó a mi mamá y me asusté, así que corrí fuera de mi casa y llegué aquí.

Given | minchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora