IV - Recuerdos que rememorar (Akaashi X Bokuto)

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Han pasado más de 2 meses desde la última vez que Akaashi vio a Bokuto.

Ahora que Bokuto está en la universidad, en un nuevo equipo de voleibol y que vive por su cuenta, son pocas las ocasiones en las que pueden verse.

A pesar de ello, hoy Akaashi se ha propuesto ir al centro a su cafetería favorita que se caracteriza por tener búhos y lechuzas.

Le empezaron a gustar este tipo de cafeterías por la vez que fue con el equipo, en su primer año. Luego de aquella tarde, Akaashi visitó nuevamente la cafetería acompañado de Bokuto, pasando algunas tardes libres acariciando a los búhos.

Tras salir del metro y caminar un par de metros bajo un cielo encapotado, Akaashi llega a la cafetería. Abre la puerta con un movimiento rápido y le sorprende el silencio del interior. Alza levemente las cejas extrañado al mismo tiempo que cierra la puerta a sus espaldas.

No es la primera vez que tiene que esperar su turno para acariciar a los búhos, pero hoy apenas hay clientes.

El acariciar búhos no es el único motivo por el cual Akaashi acude a aquella cafetería que le queda tan a desmano de su casa, sino que la verdadera razón es que hay un búho cornudo que le tiene encandilado desde la primera vez que lo vio.

A pesar de que antes no era amante de los búhos ni mucho menos, el ave ha sabido como atraparlo; dejándose acariciar por él sin oponerse. Suele destacar por ser un búho que rechaza la cercanía de los clientes, pero parece que con Akaashi la cosa cambia drásticamente. Incluso, para ser todavía más curioso, el búho se aferra con fiereza a su brazo cuando él tiene intención de irse.

Aun se le notan las marcas de las garras de los últimos abrazos amistosos del búho cornudo.

- Bienvenido.- le saluda una chica de radiante sonrisa tras el mostrador.

Akaashi sale de sus pensamientos cuando la escucha y le muestra una sonrisa cerrada a modo de saludo. Camina hasta una de las mesas más cercanas a los recintos de los búhos.

Tras pedir su bebida y acomodarse en la silla, deja caer el rostro en su mano izquierda, ladea un poco el rostro y observa como los búhos se comunican entre ellos mirándose a los ojos y ladeando la cabeza.

Akaashi se relaja al observarlos.

Le llama la atención un recluido dúo de lechuzas acurrucadas la una en la otra con los ojos cerrados.

Sonríe inconscientemente.

Por alguna extraña razón le recuerdan a Konoha y a Sarakui cuando se tomaban descansos en los entrenamientos para cabecear un rato. El recuerdo le hace pensar en que ellos no están en ningún equipo de voleibol, y eso a Akaashi le parece extraño.

Quedó con ellos más veces que con Bokuto. Hace unas semanas, por Navidad, acordaron hacer una cena con todos los ex miembros del equipo del Fukurodani. Akaashi estaba realmente emocionado por volver a verlos, pero le entristeció un poco el que Bokuto no pudiese ir por asuntos familiares.

Tenía muchas ganas de verlo.

La chica de la sonrisa radiante deja la bebida delante suya. Él reacciona cuando siente su presencia y le dedica una corta mirada antes de volver a observar a los búhos.

- ¿Son bonitos, verdad?- la pregunta le coge por sorpresa.- Mi favorito es Bokuto, es tan bonito cuando abre las alas y se le ve el plumaje de colores. Es una pena que solo se deje acariciar por ciertas personas. Me encantaría acariciarlo.

Akaashi relaja la expresión al escucharla. Bokuto es el nombre del búho cornudo que tanto le quiere. Y sí, es muy curioso que el búho se llame así y que, justamente, sea el único búho que le recuerde al mismo Kotaro Bokuto.

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