«savor the taste»
Miré el vestido negro ceñido a mi cuerpo a través del espejo de mi habitación. La música sonaba suave desde el parlante. Tomé el lápiz labial rojo que tanto extrañaba usar; mi favorito. Lo coloqué y sin poder evitarlo me sonreí a mí misma ante el reflejo.
Acomodé un poco mi cabello y tomé mi móvil que justo sonaba indicando un nuevo mensaje. Tae estaba afuera.
Coloqué un poco de perfume sobre mi cuello y tomé mi bolso, chequeando no olvidarme nada.
Bajé los escalones corriendo; agradecía mucho llevar siempre mis zapatillas Nike negras y no tacones como en otras situaciones anteriores había optado. Siempre eran más cómodas y por un lado definían más mi estilo personal.
Mi madre y su novio dormían, por ende sus comentarios ante mi vestimenta no serían un problema. Tomé la sudadera enorme que siempre llevaba conmigo y salí de mi casa, cerrando con llave la puerta. El auto de mi mejor amigo se encontraba aparcado con las luces encendidas, sonreí mientras me acercaba a la puerta del copiloto y mi sonrisa se ensanchó más al escuchar la música que provenía del coche.
—Hola bombón.
Tae me mostró una de sus mejores sonrisas. Apenas tomé asiento mi cuerpo se direccionó hacia él para abrazarlo con todas las fuerzas. No tardó ni un segundo en corresponderme.
—Maldita sea, cómo te extrañé.
Nos separamos y le eché un vistazo detenidamente. Estaba diferente, pero seguía siendo él, sin dudarlo. Su cabello estaba de un azul eléctrico, llevaba puesto una sudadera muy parecida a la mía, negra, con capucha y unos jeans negros, un poco grisáceos, ajustados.
—Te ves increíble —opiné enseguida, mientras me colocaba el cinturón de seguridad y él aceleraba sonriendo.
—Tú te ves más candente de lo que recuerdo.
Reí por su respuesta y mientras avanzábamos por el camino, inevitablemente mi mano se acercó al estéreo para subir el volumen de la música, lo suficiente para que Tae gritase divertido y acelerara más la velocidad, provocándome ciertas carcajadas. Demonios, había extrañado a mi mejor amigo como nadie.
A los pocos minutos aparcamos frente la casa del anfitrión de la fiesta. Se escuchaba música y mucho barullo.
Tae, como todo galán, me abrió la puerta del coche y me tendió su mano.
—Zapatillas, era evidente.
—No quiero escuchar burlas sobre mi estatura, Taehyung.
—Oye, tranquila —sus manos se alzaron y su rostro se transformó en una expresión divertida—. Aún tenemos toda la noche para eso.
Sin decir más nada, ambos caminamos hasta la entrada. Ni nos molestamos en tocar timbre ya que evidentemente este no se escucharía. Taehyung tecleó en su móvil y a los dos minutos apareció un rubio ceniza muy sonriente detrás de la puerta.
—¡Miren quienes llegaron! —Tae entró primero chocando su mano con su amigo. Yo proseguí.
—Te extrañé a horrores —susurré en su oído mientras sentía las manos de Namjoon rodeando fuertemente mi cintura, al decir eso apretó más su agarre.
—Yo ya extrañaba demasiado a la fiesta en persona —me separé un poco de él y besé su mejilla.
—Pues ya no me extrañes más, he vuelto.
Él me regaló una de sus mejores sonrisas antes de cerrar la puerta.
La casa era un descontrol, pero de los buenos. Había música muy fuerte, varios bailando alocadamente y otros riendo entre charlas. Hacía un buen rato esto había comenzado y la mayoría ya estaba alcoholizada.
ESTÁS LEYENDO
forever « m.yg
Teen Fiction❝the idea that we are so capable of love but still choose to be toxic❞ ━rupi kaur, milk and honey. 6 de mayo del 2020.