forever « m.yg

trece; eres mía.

«forever, forever, forever, forever»

FLASHBACK

—Entonces... tienes tus clientes y estos son elegidos exclusivamente por ti, y un proveedor barra socio que es tu amigo —Yoongi asintió ante mis palabras, mientras sus ojos me miraba desde arriba.

—Así de sencillo.

—¿No es peligroso? —un pequeño suspiro salió de sus labios, con mi mirada fija en el techo.

—Por eso tengo mis clientes exclusivos, confiables y siempre son los mismos. Si alguien me trae a uno nuevo, tiene que ser conocido de ellos y con buena recomendación. Sino, no lo acepto.

Asentí lentamente mientras lo escuchaba; luego de tener uno de nuestros tantos reencuentros, donde la confianza ya era totalmente genuina, y los cuales manteníamos aún luego de conocernos aquella noche en la fiesta —y donde tuve la mejor noche de toda mi maldita vida, cabe destacar—, Yoongi y yo nos encontrábamos acostados en su cama de dos plazas en su departamento. Yo simplemente llevaba puestas mis bragas y una camiseta suya. Él solamente sus bóxers.

El rubio platinado tenía la espalda pegada a la pared mientras yo reposaba mi cabeza sobre su regazo, teniendo un panorama de su rostro desde lo bajo.

—Bueno, si funciona para ti y tienes cuidado, no veo que sea tan malo —comenté mi opinión final luego de enterarme el trabajo cotidiano del chico con el cual follaba últimamente.

—¿Te molesta? —preguntó con una pequeña sonrisa burlona. Yo le sonreí dulcemente y pude notar como sus músculos se aliviaban un poco, lo cual me había extrañado, pero decidí ignorar.

—Honestamente no. Pareces llevarlo bien y de manera muy responsable... y quién soy yo para juzgarte.

Mientras decía eso quitaba mi cabeza de su regazo y me sentaba con la piernas cruzadas, direccionándome frente a su rostro.

—Además, he probado tu marihuana, y es malditamente buena.

Una risa adorable salió de su boca contagiándome la misma acción. Sus ojos lucían cansados y entrecerrados; tenía un aire totalmente adorable, moría de ganas de acercarme hasta él y besar sus mejillas suavemente, para terminar en sus labios y hacer de las mías... tanto como adorable, se veía malditamente sexy.

Sus manos se estiraron e instintivamente me acerqué, dejando que estas tomasen mi cintura, para luego atraerme a él y colocarme en su regazo.

—Me alegro que mi mercancía sea del agrado de la señorita.

—Ya, ya, no te creas tanto eh —subió una ceja divertido.

—¿Ah no? Pues entonces, dejaré de compartirte cada vez que tenga.

Un pequeño puchero salió de mis labios y él simplemente sonrió con una semblante triunfante. Puse mis manos en su cuello y acerqué mi rostro al suyo, casi rosando sus labios con los míos; Yoongi miraba mis labios.

—Entonces el señor de aquí no volverá a follar con la señorita —besando su mejilla me alejé, dejándole una mueca de molestia en su rostro.

Reí fuertemente y me puse de pie para ir al baño rápidamente. Cerré la puerta e hice mis necesidades, luego lavé mis manos y me miré en el espejo: tenía el cabello despeinado, mis mejillas levemente sonrojadas e inevitablemente una expresión de felicidad en mi rostro. 

Estas últimas semanas habían sido increíbles, con todas las letras. Yoongi poco a poco se iba convirtiendo en una persona importante dentro de mí. Siempre que nos veíamos, terminábamos en la cama. Pero las charlas eran... eran muy sencillas, muy relajantes, nos íbamos conociendo de a poco y cada vez me gustaba más su forma de ser.