veinte y dos; ashley.

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«missing the mark»

Luego escuchar atentamente los pensamientos y reflexiones de mi mejor amiga, decidí que, al ser viernes, definitivamente teníamos que hacer algo y de alguna manera, despistarla del tan mal rato por el cual estaba atravesando.

—Venga, vístete —ya adentro de su habitación, me lancé sobre su cama, escribiendo con mi móvil.

—¿Para qué?

—Iremos al cine con Hoseok y Jungkook.

—Arsh, qué flojera.

—¡Eh! No, es viernes, maldición. No quiero escuchar ni una sola queja —la señalé con mi dedo índice—. Ponte bonita, venga.

Sun viró sus ojos, para luego dirigirse a su armario y buscar algún atuendo. Sonreí satisfecha y entre charlas y algunas risas, le fui dando mi opinión a las distintas alternativas de atuendos que ella me iba mostrando.

Minutos más tarde, nos encontrábamos comprando palomitas junto con los dos muchachos que aceptaron nuestra propuesta.

Bueno, demás está decir que no le dije a Hoseok por qué sí, obviamente mis intenciones se acercaban más a darle aquel empujoncito hacia la pelinegra. Jungkook... qué va, quería verlo y hacía mucho habíamos pactado en ir a ver esta película. El plan, era perfecto.

—¿Y qué tan buena me aseguran que será la película? —indagó Hobi, tendiéndole su tarjeta de crédito a la empleada, amistosamente decidió pagar por nosotros.

—No lo sé, me la han recomendado —espetó Kookie, tomando un puñado de palomitas del bote que yo sostenía. Sunni imitó su acción.

—Deténgase, se las van a terminar antes de que incluso podamos entrar a la sala.

—Nah, es el ritual del cine. Si no te acabas las palomitas antes, hay algo que falla en tu vida —fruncí mi ceño ante tal idiotez.

—Eso es ridículo —Hoseok me pegó una suave cachetada, en broma. Como sostenía el bote, no pude defenderme.

—Respeto, niñata.

—Viejo de mierda —contraataqué. Jungkook soltó una carcajada.

Ingresamos a la sala de cine entre risas silenciosas, Hoseok casi arma un lindo escándalo tropezando con sus propios pies antes de que crucemos la puerta, chocando con mi cuerpo a causa de sus movimientos brutos para mantener el equilibrio. De no ser por Jungkook, el bote de palomitas hubiese volado por los aires.

—¡Hoseok! ¡Deja de molestar!

—¡No es mi culpa que tú estés en el medio! Yo solo quiero las palomitas.

Apreté mis labios en línea recta, rogando internamente que los dos cierren la boca en cuanto la película comenzase.

—Ten, Hobi. Así no me perturbas la paz.

—Gracias... ¡Eh! ¡Se comieron más de la mitad! —Sunni bufó.

—"Si no te acabas las palomitas antes, hay algo que falla en tu vida" —repetí sus palabras anteriores, burlándome.

—¿Qué pretendías? Mientras hacías tu patético show, yo tenía hambre.

—Desgraciadas. Encima que pago por ustedes —la pelinegra abrió su boca en una expresión de ofensa.

—¡Eso no se hace Hobi! No puedes ofrecerte a pagar y luego usarlo en contra...

—¡¿Pueden cerrar la boca?! La película está por comenzar —entre susurros, les dediqué una mirada llena de advertencia. Ambos se quedaron mudos, como dos niños regañados. Hoseok no tardó en meter la mano en el bote para comer—. Perdón, es como tener a dos niños pequeños.

forever « m.ygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora