seis; gran atracción y debate.

11 0 0
                                    

«i'd never asked you to forgive me»

—Entonces confirmado que iré.

Entre sonrisas y un par de miradas que evidenciaban nuestro simple coqueteo nos terminamos despidiendo y cada uno partió por caminos distintos.

Apenas llegué a casa le mandé un texto a Tae para preguntarle sobre la juntada. Él me respondió a los minutos con un llamado.

—Ay Tae, ¿no podías escribir? —fue lo primero que dije, él bufó en respuesta y pude detectar unas risas por detrás.

Me daba flojera. Ya, sí, Namjoon está organizando una barbacoa. Pero todavía no habíamos corrido la voz. ¿Vendrás?

Me lancé sobre mi cama con una expresión pensativa.

—¿Irá Yoongi?

Bueno... sí, vendrá. Está detrás de toda la organización —exhalé fuertemente.

—Claro que quiero ir... pero no quiero verlo.

Venus... —su tono era como un regaño— no puedes esconderte por siempre de él. Lo sabes.

—Sí, ya lo sé. Coño... me da miedo.

No tengas miedo, estaremos todos juntos, no sucederá nada. Si quieres puedo hablar con él y...

—No —interrumpí de inmediato—. Tienes razón, es ridículo. ¿A qué hora es esto?

Ven a las 8 —respondía alegremente— Algunos estamos ya aquí y cuando todos confirmen iremos a comprar las cosas para luego preparar todo. ¿Vale?

—Vale, ¿llevo algo?

Tranquila, la comisión compras se encargará de eso.

—¿Comisión compras? —pregunté entre risas nasales.

Idea de Jimin... no preguntes.

—Me intriga saber qué otras comisiones hay.

¡Tú solo mueve tu maldito trasero y llega puntual! —y antes de que pudiese decir objetar por su exclamación, la llamada había finalizado. Miré burlona mi móvil y luego busqué entre mis contactos el de Sunni. Ella atendió enseguida.

¿Qué? —la voz de la pelinegra sonaba dormida.

—Perdón bella durmiente, no quería despertarte.

¿Qué hora es?

—Algo de las 5 p.m.

Maldición —rezongaba, alargando la palabra—. No voy a dormir una mierda esta noche...

—Pues no lo necesitarás, los chicos van a organizar una barbacoa en lo de Namjoon.

¿Por qué me entero recién? —preguntó de repente totalmente lúcida, algo ofendida.

—Lo están organizando, ya van a avisar —la calmé virando mis ojos, aunque ella no pudiese verme—. Ya, llamaba para saber si irías y...

Sí, claro que iré... y puedo pasar por ti, perra.

—¡Gracias! —vociferé con un tono de felicidad exagerado. Sunni gruño del otro lado de la llamada.

Me parece que ya es hora de que aprendas a conducir.

—Uf, ¿para qué si mis dos mejores amigos tienen auto y buenas intenciones?

¿Qué pasó con las supuestas clases...?

forever « m.ygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora