forever « m.yg

veinte; provocaciones.

«playing the game»

—Grandioso, ¿dónde están los demás?

Yoongi se encogió de hombros con evidente desinterés. Tenía las manos adentro de los bolsillos de sus jeans y se mostraba totalmente relajado.

—No lo sé.

—¿Cómo que no lo sabes? No puede ser, ¿cómo es posible perderlos?

—No lo sé Venus, no diseñé este juego de mierda.

Solté varias maldiciones por lo bajo, inspeccionando a mí alrededor.

—¿Por qué te preocupa tanto? —indagó con un dejo divertido en su tono.

—Porque me quiero ir a la mierda de este lugar y me preocupa no verlos.

Caminé por la habitación, un poco inquieta, tratando de encontrar una supuesta solución o quizás alguna especie de indicio que me permitiese continuar este juego del diablo sin morir del susto, pero lo único que había eran espejos que reflejaban mi cuerpo y el del grisáceo clavado en su lugar.

—Se deben haber movido para otro lado... no todo es en línea recta, no sé si te habías enterado.

Detuve mis pasos de golpe al escuchar eso.

—Pero si es un maldito túnel —exclamé exasperada, moviendo mis brazos para señalar el lugar.

—No, habían varios pasillos. Joder, qué lenta eres.

Saqué mi dedo del medio para expresarle que no estaba para sus comentarios de mierda. Yoongi rio suavemente a mi lado y continuó con su mirada fija en mí, curioseando mis frenéticos movimientos por todo el lugar sin siquiera ofrecer su jodida ayuda.

—Tenemos que continuar —dijo obvio, señalando con su cabeza el pasillo iluminado—. No hay nada aquí, deja de caminar como idiota por todo el lugar.

—No, no voy a continuar contigo. Prefiero hacerlo sola.

—¿Estás segura de eso?

Sin decir nada emprendí mi camino por el pasillo que parecía ser el correcto, sin notar los pasos de Yoongi siguiéndome. Unas risas fuertes y tenebrosas lograron sobresaltarme lo suficiente como para volver inmediatamente a la habitación anterior con mi cabeza gacha y mis brazos cruzados sobre mi pecho.

—¿Decías?

—Min —murmuré entre dientes, seria—. Deja de molestarme y muévete, mientras más rápido hagamos esto más rápido terminaremos.

Por suerte no escuche una oposición alguna así que en silencio retomamos el camino.

Yoongi empezó a silbar a mi lado, detalle que hacía cuando se aburría.

—Cállate, harás que nos escuchen —enarcó una ceja.

—¿Enserio te da miedo esta mierda? Es más falso que las pestañas de Sunni.

Viré mis ojos por su comentario de mal gusto. Quizás antes me hubiese reído ya que las pestañas de Sunni eran extensiones y solíamos molestarla con eso, obviamente con el consentimiento de la pelinegra, pero al venir de su boca, ya no me generaba ninguna gracia.

—Diablos, antes eras más divertida.

—Okay, detente. Ya mismo.

—¿Qué te pasa?