tres; desayuno y terapia.

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«i don't expect you to release me»

—¡Despierta pequeña dormilona! —una voz extremadamente chillona resonó en mis oídos, despertándome de mis dulces y profundos sueños.

La luz de habitación empezó a cegarme, lo cual me provocaba dar vueltas sobre mi cama con pequeños gruñidos de molestia.

—¿Qué carajo?

Con mis manos rasqué un poco mis ojos y una vez que pude abrirlos completamente, identifiqué a una sonriente Sunni en frente mío. Una sonrisa boba adornó mi rostro inevitablemente.

—Maldita perra que eres —murmuré mientras estiraba mis brazos como un bebé. Ella rio juguetonamente y se agachó hasta la altura de la cama para abrazarme.

—Venga, despiértate de una vez, Venus.

Sunni quitó las sábanas de mi cuerpo y yo simplemente comencé a quejarme más.

—¡Ni siquiera te has puesto el pijama!

—¡Claro que no!

Ella se subió por encima de mi cuerpo a la vez me golpeaba levemente para que me despierte de verdad. Entre risas y súplicas logró que me siente finalmente sobre la cama. Acomodé mi cabello y la miré fijo.

—Te ves como el diablo, nena.

—No seas así conmigo...

—¿Cuánto has bebido?

—Apenas tomé un vaso de una ridícula bebida que me había preparado Tae... y fumé un poco —mi nariz picaba fuertemente, como siempre sucedía al despertarme, así que me la estaba rascando con la palma de mi mano violentamente, tratando de que la picazón se detuviese de una vez.

—¡Venga! Ya, no tenemos todo el día, ve a ducharte.

—¡Pero tengo sueño! —chillé un poco malhumorada. Sunni me clavó una mirada asesina con sus ojos rasgados.

—No puedo creer que así recibes a tu maldita mejor amiga. ¡Hace miles de años que no nos vemos!

Reí vigorosamente por su ridículo reclamo exagerado y acabé haciéndole caso. Sunni se lanzó a mi cama apenas me puse de pie, recostándose sobre ella como si fuese completamente suya.

—Eres una hipócrita.

—¿Dónde quieres que me siente, imbécil?

—Voy a ducharme —avisé. Por unos segundos me quedé parada mirando un lugar fijo, la cabeza me estaba matando.

—¡Rápido Venus! —la pelinegra comenzó a patearme el culo con su pie—. Ve, ve...

—¡Ya voy! —vociferé.

Me encaminé como un zombie hasta el baño de mi habitación y abrí la ducha, agua completamente caliente. Cepillé mis dientes y me contemplé a través del espejo. Por Dios, si estuviese con un novio en este momento, me cortaría enseguida.

Me veía fatal, literalmente.

Sin poder evitarlo, y como siempre mi mente tratando de jugarme una mala pasada, recordé la cantidad de veces en las que despertaba hecha un asco al lado de Yoongi, mientras él solía decirme que quería ver mi cara y yo me negaba tapándome con la manta que nos cubría...

Detente, Venus, mierda.

Esto es lo que sucede cuando lo vuelvo a ver; maldita sea.

Me obligué a mí misma a olvidarme de los pensamientos masoquistas y finalmente ingresé a la ducha rápidamente, gozando del agua hirviendo sobre mi piel y tomándome el tiempo de higienizarme correctamente. Una vez lista, tomé la ropa que iba usar en el día y me vestí frente a Sunni, quien no parecía reparar sobre mi presencia ya que no paraba de textear con su móvil.

forever « m.ygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora