forever « m.yg

veinte y tres; ¿volveremos a lo de antes?

«we tear it apart»

Septiembre pasó volando, literalmente.

El frío se asomaba lentamente sobre Seúl. El otoño resplandecía en su máxima expresión.

Pero yo, no.

La universidad había sido todo un jodido desafío. Muchos trabajos puestos en práctica, proyectos, obras. Gozaba cada minuto pero la exigencia era un poco agotadora. Había estado 100% concentrada en dar lo mejor de mí, captando la atención de la profesora de Dibujo, la cual he perdido la cuenta de las veces en las cuales nos hemos quedado charlando sobre mis trabajos, le gustaban mucho y siempre me recordaba lo talentosa que era. Joder, la amaba.

Pero eso no significaba que tuviese algún beneficio, desde luego.

Doona y Hyesoo se habían convertido en grandes amigas mías, nos llevábamos de maravilla. Doona era dulce pero muy divertida, contrastaba muy bien con la malhumorada y tajante Hye, creando un dúo particular del cual me alegraba mucho formar parte. Éramos un buen equipo.

Los chicos también habían estado muy ocupados en sus asuntos; apenas habíamos tenido tiempo de juntarnos como corresponde por nuestras universidades y tal. Era un poco triste, pero con tantos horarios diferentes y tantas responsabilidades, tenía que admitir que me agotaba pensar en ellos y no poder encontrar un momento de la semana para verlos.

Afortunadamente, con la universidad y una carrera tan jodida como medicina, Sunni había estado muy ocupada en eso, estresándose como solo ella sabía, pero por lo menos no pensando tanto en Taehyung. Había noches en las cuales me llamaba llorando y yo corría hasta su casa sin importarme el horario, quedándonos abrazadas en su cama hasta que ella se dormía profundamente. Era difícil, pero estando tan ocupada y no teniendo prácticamente tiempo para verlo a Taehyung, por lo menos no era un sufrimiento tan pesado como el que podría llegar a ser.

Como dicen, el tiempo sana todo.

Lo bueno de mi universidad, era que podía juntarme con Kookie en nuestros tiempos libres. Asistiendo a la misma, nuestros encuentros eran muy habituales de hecho, ya era una costumbre de casi todos los días almorzar todos juntos, las chicas y Seonho inclusive, muchacho que se había vuelto un gran amigo para nosotras también. Había encontrado mi grupo universitario más allá de los chicos, sin contar a Kook, y se sentía muy bien ampliar amistades.

Pero repito, los extrañaba a horrores.

Por fortuna, octubre llegó y pronto se asomaba el cumpleaños de Jimin, es decir, la famosa pijamada de la cual nos había advertido meses atrás.

Me encontraba almorzando con Doona, Seonho y Kookie, riendo entre carcajadas por el atraganto de Seonho por una papa frita.

Hyesoo no tardó en llegar a nuestro lado, tomando asiento furiosa y depositando su carpeta con algunos papeles sobresaliendo de forma desordenada de esta.

—¿Por qué tanto cabreo? —indagué luego del pequeño silencio que se había formado.

—Oh, oh... prepárense —nos alarmó Doona, notando como Hye respiraba fuerte y cerraba sus ojos, lista para descargar.

—¡Estoy harta de los profesores de mierda! ¡Harta de que me digan qué está mal y qué está bien de mi proyectos! ¡Maldición! ¡Es arte! ¡Es subjetivo! ¡Abre la jodida cabeza, viejo de mierda! —chilló sin parar, depositando bruscamente unos trabajos desorganizados sobre la carpeta, mientras los señalaba.

Seonho le acarició la espalda, una vez que terminó de hablar, Hye apoyó sus codos sobre la mesa y escondió su cara entre sus manos, exclamando un grito en frustración.