Conviviendo en un caos

❁Capítulo sesenta y tres.❁

"hay probabilidad de que ocurran cosas inesperadas en cada segundo de nuestra frágil existencia"

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—¿Qué ha pasado?—preguntó la rubia mirando a su madre y su padrastro.

Su padre anteriormente ya había asegurado que no tenía ni idea a que debía su inesperada visita.

—Pues, Betty, he venido porque he estado hablando con Fred y me dijo que Archie notó cierta distracción en ti en las clases y creí que estaba buen hablarlo en familia.

Hal carraspeó su garganta mientras daba un paso adelante—Me parece una idea espectacular, Alice. Pero hay dos detalles; primero, hubiera estado bueno que me llamaras antes de venir y segundo, creo que hay alguien de sobra—dijo mirando a FP—Y no es personal, pero es algo que tú no puedes intervenir y no le veo sentido que estes aquí cuando puedes estar con tus hijos.

FP lo miró—Ellos estan con su madre.

Hal levantó sus cejas—Claro, lo siento— sabía que no podía decirle que él mismo tenía a sus hijos en su casa—¿Y porque no va a dar una vuelta por riverdale?

—Hal, el es mi prometido y está aquí para apoyarme

—Alice, está bien—dijo este levantándose—es algo de ustedes, yo estaré en el auto—este se fue.

—Pues mamá, está todo en orden, dile a Fred. Yo estoy mejor que nunca.

—Betty, al principió creí que estabas con Archie y por eso tan distraída, pero luego de la llamada de Fred. No lo creo.

Betty rió irónica—Mi vida sentimental no tiene que ver, y claro que no tengo nada con Archie, te lo he dicho toda la vida. Hay mas chicos en Riverdale—la puerta sonó y Betty suspiró—Yo iré.—esta abrió la puerta y cerró sus ojos—Tyler, no es un buen momento.

Sin embargo, Alice al sentir un nombre se levantó—¡Tyler!

—Alice, no tienes que hacer esto—soltó Hal yendo atrás de su ex mujer la cual caminó hasta la puerta.

La rubia mayor miró al chico—¿Tú eres quién le roba la cabeza a mi hija?.

Betty suspiró molesta—No mamá, Tyler es mi amigo y lo supieras si estuvieras más presente. —esta se giró—Tyler, ¿puedes irte?

—Betty, no seas grosera—retó Alice.

—Papá, hechala—pidió Betty mirando a su padre

—¡Elizabeth!

—¡Eres increíble mamá!. Intento ser feliz, intento arreglarme mentalmente, pero no haré nada si tu sigues así, solo. ¡No acoses a todo el mundo!—pidió —Lo siento, Ty—dijo cerrando la puerta y la miró—¿Y sabes qué , mamá?—este suspiró cansada —Estoy enamorada de un gran chico,  un chico que me apoya y me da paz mental. Pero tú ni siquiera lo sabes, y ni siquiera quiero que lo sepas. Solo, déjame en paz—pidió.

—Pero yo solo quiero—Alice fue interrumpida por la rubia:—¿Ayudar?—preguntó y soltó una risa sin gracia—No lo haces, déjame decirte que solamente destruyes más. ¿Puedes irte?—preguntó señalando la puerta—Por favor—pidió.