Conviviendo en un caos

❁Capítulo veinticuatro.❁

Desearía poder hablarte, desearía poder sonreírte, desearía poder abrazarte, pero sobre todo desearía poder besarte.

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Una semana había pasado y decir que Betty y Jughead estaban bien, era mentir. No se hablaban, e incluso no se miraban. Para empezar, la rubia pasaba mucho tiempo afuera, y no era nada nuevo decir que lo estaba haciendo con el pelirrojo, los cuales aún no sabían que hacer respecto a ellos, bueno, en realidad era Betty. Ella quería dejar de pensar en el chico de la gorra, pero tampoco podía salir con Archie, no le gustaba, ni siquiera le parecía interesante, tal vez por el hecho de que era un amigo y lo conocía de toda la vida.

—¿Has entendido?—preguntó la rubia la cuál estaba acostada en su cama junto a Archie, explicandole un ejercicio.

—No—confesó Archie.

—¡Es la quinta vez que lo hago!. Arch, llevas más de media hora, ¿Qué diablos no entiendes?—preguntó mal humorada.

Archie rió— Okay, calmate. Lo entendí a la segunda vez que lo explicastes—La rubia lo miró seria e incrédula.—Solo me gustaba verte mientras lo explicabas.

—¿De verdad Archie?—dijo seria—¡Perdimos treinta minutos!—soltó.

—¿Los querias usar para otra cosa?—cuestionó.

—Si, para ir a bañarme y escribir un reporte—confesó levantándose de la cama.

—Oh vamos, no te enojes.—Aseguró caminando hacia ella.—¿Quieres que me vaya?—preguntó dejando sus manos en el hombro de la rubia. Este le sonrió, era conciente que la rubia no lo iba a hechar, pero todo el mundo se equivoca.

—Si—confesó. Hace quince minutos quería eso la rubia, pero Archie no estaba preparado para escuchar aquello—Tengo cosas por hacer.

—okey—dijo sorprendido y decepcionado mientras tomaba su mochila—Gracias por la explicacion—aseguró mientras salían por el pasillo y caminaban hacia abajo, donde estaban los trillizos y Max jugando a un juego en caja mientras Alice cocinaba.

—Archie,¿no quieres—Betty la interrumpió:—lamentablemente Archie tiene que irse, pero para la próxima ma—aseguró mirando a su madre mientras Archie salía y sin mirarlo, cerró la puerta.

—¿Puedes no ser tan grosera?—preguntó Alice—Ni siquiera lo has dejado reponder.

Betty se acercó a su madre—No me gusta Archie,no es mi novio, déjalo de invitar a todo—Pidió.

—¡No es justo!—chilló Zack señalando a Max—¡Tienes que robar cartas!

—Si es justo.

—¡No!—soltó Cody—No puedes tirar sin agarrar.

Max le sonrió mientras los miraba—Mi juego, mis reglas. Principiantes—aseguró sonriendo.

—No puedes hacer trampa—dijo Zack.

—Si puedo.—aseguró Max—Ya lo he hecho.

El timbre sonó.—Betty,¿esperas a alguien?

—No—negó.

—¿Puedes abrir?

Esta caminó hasta la puerta y al abrir se encontró con una morocha de vestido y tacones.La cuál al ver a Betty se sorprendió.