❁Capítulo once❁

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" Si un hombre se imagina una cosa, otro la tornará en realidad"- Julio Verne.

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¿Cómo que sigue sin funcionar?— preguntó la rubia suspirando.

No lo sé confesó Archie.

¿Han revisado la bujía?— preguntó Jughead apoyado en la pared, que después de 30 minutos había hablado.

Archie y Betty se miraron.

¿Acaso sabes de autos?—preguntó la rubia cruzándose de brazos.

Jughead la miró—Te sorprenderás las cosas que puedo hacer.

Archie lo miró—No la encuentro.

Jughead suspiró y se retiró su camisa informal para quedar en una remera.

¿Estás en las serpientes?— preguntó Archie mirando su brazo sorprendido.

Jughead asintió—Si— aseguró sin mirarlo, mientras se inclinaba en el auto.

La rubia rodeó sus ojos.

¿Es cierto lo que dicen?

Jughead se levantó con algo en su mano y se lo tendió a Archie—¿Qué dicen?— preguntó  mientras tomaba la toalla que tenía Betty en sus manos para limpiarse las suyas.

Qué el rey de las serpientes es un adolescente.

Es el imbécil que tienes enfrente— aseguró Betty apretando sus dientes.

Jughead la miró—Qué amable que eres.

Archie miró a la rubia—Es extraño, ella no suele decir esas cosas. Se supone que es tímida— rió Archie.

Jughead se encogió de hombros—Ya no tanto— aseguró—Deberías cambiarla— señaló la pieza del vehículo.

¿Sabes de autos?— preguntó Archie.

Jughead asintió—De autos y motos.

Bueno, la próxima ves te llamaré a ti y no a Betty— dijo divertido. Jughead rió mientras la rubia rodeó sus ojos.

Tenemos que irnos, Jughead.

Este asintió mientras caminaba molesta.

¿Pasas todo el día molesta?— preguntó Jughead.

No, solo desde que tu te empiezas a apropiar de lo que es mío.

Jughead rió—De lo único que me he apropiado es tu inocencia—dijo molestándola.

La rubia se giró sonrojada y molesta para goleparle la mejilla—Estaba borracha, y tú también—aseguró.

Estabas borracha pero conciente, al igual que yo—aseguró el chico.

Esta se acercó—Te juro que si le dices a alguien—Jughead la interrumupió con una sonrisa:—¿Crees que es de mi interés contarle a alguien?. No eres importante.—soltó para entrar a la casa.

La rubia lo miró mal e hizo una mueca. ¿Porque eso había dolido?

¡No!— chilló Margot.

Conviviendo en un caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora