Conviviendo en un caos

❁Capítulo quince.❁

La perfeccion de las costumbres consiste en vivir cada día cada día como si fuera el último- Marco Aurelio

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—¡Elizabeth!—gritó Alice la cuál había abierto la puerta dejando pasar a Kevin quien quedó observando el pechero con los nombres y chaquetas de serpientes.

Esta bajó la escalera hasta que vió a Kevin y le hizo seña para que subiera y este hizo.

—Es grande la casa— aseguró con una sonrisa mientras llegaba al lado de la rubia.

—Si, supongo—dijo caminando por el pasillo, sin embargo, la habitación de la rubia estaba frente a la de Jughead, y este salió del baño mirando a ambos chicos. Kevin lo miró de reojo mientras Betty lo fulminaba con la mirada.

—qué lastima que uses esos ojos verdes para tan mala cara— se burló para caminar por el pasillo.

Kevin miró a la rubia—eso ha sido para ti porque yo no tengo ojos verdes— dijo mientras que ambos entraran a la habitación de la rubia.

—Lo detesto—aseguró suspirando.

Kevin miró la habitación—No lo creo, es tierno.

Betty se curzó de brazos—No es cierto.

Kevin se tiró sobre la cama de Betty—"Es un asesenio serial tierno"— la imitó.

—No lo conocía— se defendió.

—Bueno, ahora si lo haces, y bastante bien, diría yo— aseguró.

La rubia lo golpeó con una almohada—¡Kev!. No es divertido.—aseguró.

La puerta se abre y ambos levantan su cabeza, pudiendo ver a un chico con la sonrisa molesta.—Betty, pregunta tu madre si tu novio se queda a comer—dijo divertido.

Kevin rió—Chico, tranquilo.—Aseguró Kevin— Soy su mejor amigo gay, no le haré nada.—Jughead cambió su sonrisa divertida—Pero no, ya me tengo que ir.

Betty miró a Kevin mientras Jughead cerraba la puerta de la habitación de la rubia—¿Qué has dicho?— preguntó.

Kevin rió—eso, se llaman celos.

—No, eso se llama ser idiota y él lo es siempre.

—Porque esta celoso.

Betty suspió—¡No nos conocemos!, no nos gustamos, nos odiamos— aclaró.

—Lo que digas— aseguró Kevin— ¿Irás al baile de principio de clase con Archie?— preguntó.

La rubia negó—No creo, no me ha preguntado—aseguró—Tal vez no vaya.

—Deberías ir— aseguró.

—No iré sin cita— aseguró la rubia.

Kevin la miró complice—Bueno...

—No—negó la rubia—No le diré a él— dijo negando.

—Podría ser buen acompañante— dijo Kevin encogiéndose de hombros.

—Prefiero ir sola, o no ir.

Kevin se levantó—en fin, venía solo para ver como sobrevivías. Debo irme.